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5 razones por las que tu empresa necesita un sistema de gestión ambiental

3 de noviembre de 2020Universitat CarlemanyODS
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Desde que en los años 80 se instalaran los primeros contenedores de reciclaje de vidrio en España, se ha recorrido un largo camino en el cuidado del medio ambiente. Una parte del mismo se deja en manos de particulares, pero otra, la más importante, depende de las empresas. Es sobre estas últimas sobre las que se pone el foco cuando se habla, desde las instituciones, de desarrollo sostenible y energías renovables.

Los beneficios de un sistema de gestión ambiental sólido y efectivo son muchos y variados. De ahí que diferentes sectores industriales busquen profesionales con una alta cualificación. Pero ¿cuáles son esos beneficios y por qué es importante desarrollar un buen sistema de gestión ambiental en una empresa?

Qué es un sistema de gestión ambiental

Un sistema de gestión ambiental o SGA forma parte de la gestión integral de cualquier empresa. Según la RAE, debe incluir la estructura organizativa, la planificación, el reparto de responsabilidad, los procesos, prácticas y recursos dedicados al desarrollo, aplicación, realización y mantenimiento de la política ambiental de la empresa.

La gestión ambiental es un tema complejo, cuyas ramificaciones involucran a toda la empresa. De ahí que para su correcto funcionamiento se requiera un sistema igualmente complejo.

El objetivo de este tipo de sistemas es la creación de una serie de procesos para la protección del medio ambiente, por parte de las empresas, durante el desarrollo diario de su actividad. La mayor parte de las empresas han desarrollado este tipo de sistemas basándose en la normativa ISO 14001, que es la que marca el estándar internacional al respecto y la que establece cuáles son los procesos necesarios para lograrlo. 

¿Cómo se implementa un sistema de gestión ambiental en la empresa?

A grandes rasgos, los pasos necesarios para mejorar la imagen de marca de la empresa y potenciar la percepción de su responsabilidad medioambiental, así como para reducir costes, optimizar procesos y mejorar la producción, son los siguientes:

  • Es necesario, a nivel general, que los diferentes departamentos de la empresa y sus responsables trabajen en equipo. Para ello, resulta imprescindible que quienes lideren el proceso reciban formación en gestión medioambiental.
  • A partir de esa premisa inicial, el primer paso es definir lo que será la política medioambiental de la empresa, en la que deberá conseguirse la implicación de todas y cada una de las personas que forman la empresa. Desde la categoría directiva hasta la base obrera, pasando por todas las categorías intermedias.
  • Para ello, hay que concretar los principios y los compromisos que se adquirirán de cara al medio ambiente.
  • El primer paso en cuanto al sistema de gestión ambiental propiamente dicho es determinar la formación necesaria para llevarlo a cabo y las personas que la recibirán.
  • Tras los primeros pasos en la implementación, es necesario medir los avances realizados y que los mismos se consigan siguiendo las directrices establecidas.
  • Por último, la empresa deberá revisar todo el proceso, bien mediante una auditoría interna o bien externa.

Para que un sistema de gestión ambiental se implante con éxito en una empresa, es necesario que la misma cuente con una alta capacidad organizativa, combinada con buenos sistemas de comunicación interna y una política real de implicación de todas las personas que componen dicha empresa. Solo así todas ellas se comprometerán con el sistema. Pero ¿por qué las empresas deberían emplear energía, tiempo y recursos en desarrollar un sistema de gestión ambiental?

Beneficios que un sistema de gestión ambiental otorga a una empresa

1.- Mejora de la imagen de marca a través de la percepción de responsabilidad ambiental

Vivimos en un mundo en el que se nos bombardea constantemente con noticias sobre la fragilidad del medio ambiente y los efectos del cambio climático. Este contexto social exige que las empresas muestren su preocupación sobre estos temas. Cuando el público percibe que el interés de las empresas se alinea con los suyos propios, la imagen corporativa de dichas empresas mejora. Y cuando la imagen corporativa mejora, lo hacen las cifras de la empresa.

2.- Reducción de costes

Una parte importante de cualquier sistema de gestión ambiental pasa por racionalizar el gasto energético. Algunas de las medidas de implantación más temprana se refieren a hábitos tan de sentido común como apagar luces y equipos, regular la temperatura de los centros de trabajo de manera racional, etc.

Todos estos nuevos hábitos redundan de manera inmediata tanto en el medio ambiente, como en los costes variables de la empresa, que tienden a reducirse de manera inmediata y sostenida en el tiempo.

3.- Mejora en los procesos de producción

Un sistema de gestión ambiental, para que funcione, requiere una redefinición de procesos muchas veces obsoletos. Durante la fase de diseño del sistema, se encuentran y se cambian modos de hacer las cosas altamente ineficientes. Muchas de ellas no se habían cambiado por inercia.

Si bien la transformación inicial puede llevar cierto tiempo y causar alguna incomodidad, a medio plazo los nuevos procesos se habrán implantado son grandes inconvenientes y se habrán mejorado sensiblemente.

4.- Aumento de los beneficios

Por una parte, la mejora en la imagen de marca, y por otra la reducción de costes, llevan a un aumento de la cifra de negocio. Es posible que este aumento no sea espectacular durante las primeras fases de implementación del sistema de gestión ambiental. Pero su sostenibilidad en el tiempo está garantizada.

5.- Ahorro en multas y sanciones

Cada vez más, las instituciones nacionales e internacionales legislan para el medio ambiente, y la nueva normativa lleva aparejadas cultas en caso de incumplimiento. Conocer esa nueva formativa y cumplirla forma parte de cualquier buen sistema de gestión medioambiental. De sobra está decir que cumplir la ley evita la imposición de multas y sanciones. Es necesario además tener en cuenta que el ordenamiento jurídico español establece que «la ignorancia de la ley no excusa su cumplimiento». Por tanto, la formación continua en gestión ambiental se hace cada vez más necesaria.