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Biocenosis: qué es y componentes principales

26 de junio de 2024universitat carlemanyCiencias Ambientales
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Biocenosis es un concepto de menor conocimiento popular que ecología o ecosistema. Por consiguiente, este texto se propone aportar informaciones que contribuyan a su sencilla identificación.
Biocenosis: qué es y componentes principales

Al fin y al cabo, se trata de un ámbito relevante para la sostenibilidad del planeta. No en vano, la titulación de Ciencias Ambientales lo incluye en sus contenidos. A continuación, te contamos las claves de este término y su relación con otros que pertenecen al campo de la biología.

¿Qué es la biocenosis en ecología?

Antes de definir el concepto que nos ocupa en este texto, es preciso señalar que la ecología es la disciplina hija de la biología que se encarga de estudiar los seres vivos y cómo se relacionan no solo entre ellos, sino también con los entornos que los albergan.

En este sentido, nuestro término protagonista se enmarca en ese estudio de la biología. Ten en cuenta que la comunidad biótica está compuesta por los seres vivos que habitan en unas determinadas coordenadas.

Posteriormente, te detallaremos qué clases de seres vivos componen esta comunidad. Te avanzamos que los hay de diferentes especies y establecen distintas relaciones entre ellos, tales como las territoriales, gregarias, familiares o de competencia.

El conjunto de estos seres y las relaciones que conforman representan lo que conocemos como factores bióticos.

¿Cuáles son los tipos de biocenosis?

Las clases de biocenosis se configuran por la coincidencia en unas coordenadas concretas de determinados factores abióticos. Dichos factores son los que no tienen su origen en los organismos vivos. Sin embargo, su existencia o carencia favorece o imposibilita la proliferación de las distintas formas de vida.

Los factores  abióticos son, básicamente, las temperaturas, la cantidad e intensidad de la luz, el pH del terreno o la tipología y calidad de las aguas. De manera creciente desde la Edad Contemporánea, hemos de añadir la influencia de la mano del hombre. Esta está presente desde la Prehistoria, pero su impacto en el medio natural se ha hecho más notable y patente en los últimos siglos.

En consecuencia, los tipos de comunidades bióticas dependen del clima. Y, por supuesto, también del cambio climático que el panel de expertos de Naciones Unidas ha detectado.

Podemos citar, entre otros, el del bosque mediterráneo, el de la selva tropical o el de la tundra. Todos estos biomas se caracterizan por la existencia de especies de seres vivos cuyas características fisonómicas se adaptan a las particulares condiciones climáticas de estos espacios. Estos no solo están limitados por las barreras de la climatología, sino también por las físicas.

Asimismo, estos seres vivos ejercen de barrera frente a las especies que, por circunstancias migratorias, han acabado recalando en los mismos espacios. De este modo, la constatación de estos elementos seres configura los diferentes tipos de comunidades bióticas.

Diferencia entre biocenosis y biotopo

Son dos términos muy relacionados y que, juntos, forman un concepto de mayor envergadura. El primero de ellos ya te lo hemos definido, pero el segundo se circunscribe al espacio físico en el que se desarrolla el primero.

En la línea de lo que te hemos introducido, la conjunción de estos dos conceptos da lugar al de ecosistema. El ecosistema es la realidad en la que se da la coexistencia de la comunidad biótica y del biotopo.

A grandes rasgos, los biotopos pueden ser terrestres (como las praderas, la sabana o las montañas), acuáticos (océanos, mares, lagos y ríos como paradigmas) y mixtos (los cuales conllevan elementos de los dos modelos anteriores, como sucede en los litorales).

No debes confundir los biotopos con los hábitats. Estos últimos concretan la zona o el área en la que habita un ser vivo. Pueden ser catalogados como hábitats, entre otros, las ramas, las cuevas o los roquedales.

Los componentes de la biocenosis

Por otro lado, la comunidad biótica que vive en los biotopos está formada por tres grupos de seres vivos. En primer lugar, destacamos la zoocenosis, que hace referencia a los animales. En segundo lugar, está presente la fitocenosis, es decir, los vegetales. Y, por último, la microbiocenosis comprende los microorganismos que se encuentran en un ecosistema.

Los individuos que hemos descrito en una primera división, por su parte, son susceptibles de las siguientes. Una especie agrupa a los que comparten una serie de características y, además, son capaces de reproducirse entre ellos. Los que integran la misma especie y también coinciden en las mismas coordenadas espacio-temporales están encuadrados en una población. Y, finalmente, los organismos vivos de especies distintas que conviven en el mismo territorio dan lugar a la existencia de una comunidad.

Ejemplos

Vale la pena remitirse a supuestos concretos para especificar cómo se materializan estas comunidades bióticas. Toma nota de las que te aportamos para comprender la relevancia práctica de estos ámbitos.

Por lo que respecta a esta clase de comunidades en el reino animal, podemos citar, entre otras, los bancos de peces, las manadas de lobos o la población de liebres que se han radicado en los distintos biotopos, desde los acuáticos a los terrestres.

En ecosistemas similares también son reconocibles tipos de estas comunidades pertenecientes al reino de las plantas. Los hayedos y pinares serían ejemplos de estas poblaciones.

Asimismo, hay conjuntos de poblaciones que se desarrollan en biotopos que les proporcionan hábitats favorables. Sin ir más lejos, los arrecifes coralinos cobijan al gusano, a la esponja o al pez payaso. Las praderas de posidonia de los océanos contienen la langosta, la tortuga o la estrella marina. Y, en un manglar, aparte del mangle, puedes ver a la hormiga, a la serpiente, a la araña y al mosquito.

En definitiva, la biocenosis es un concepto que agrupa a los organismos vivos que cohabitan en un mismo biotopo e informan, en conjunto, un ecosistema. Sus componentes se revelan como de alto valor para la conservación de la biodiversidad. Son un bien en sí mismos y, por tanto, merecen ser objeto de políticas de protección.