Cuando nos preguntamos acerca de Business Intelligence: qué es o para qué sirve, dar una respuesta concreta y ajustada no es fácil. Se trata de una combinación de análisis de negocios, con minería, visualización, herramientas e infraestructura de datos, y mejores prácticas para ayudar a las empresas en la toma de decisiones.
Una manera de encontrar su objetivo es definir qué es Business Intelligence (BI). El término, con mayúsculas incluidas, surgió en los sesenta como un sistema para compartir información entre organizaciones. Posteriormente, se desarrolló durante los años 80 junto con modelos informáticos que servían a la toma de decisiones y a la conversión de datos en conocimiento. Pero ha sido muy recientemente que todos los elementos que conforman el BI han tomado la forma que responde a la definición con la que abríamos este artículo.
Las soluciones de BI modernas priorizan el análisis de autoservicio flexible, los datos gestionados en plataformas confiables, el comportamiento de los usuarios y la velocidad con la que se obtiene la información. Y el objetivo final sigue siendo ayudar a las empresas a tomar decisiones adecuadas basadas en datos.
El BI actual prioriza la velocidad y el análisis de autoservicio para obtener información.
Históricamente, las herramientas de BI se basaban en un modelo tradicional en el que la mayoría, si no todas las preguntas de análisis, se respondían a través de informes estáticos. Esto significaba que si alguien tenía una pregunta de seguimiento sobre un informe dado, su solicitud iría al final de la cola de informes y tendría que pasar por el proceso de nuevo. Esto condujo a ciclos de informes lentos y frustrantes y a un desaprovechamiento de las posibilidades que ofrecían los datos.
El BI actual es interactivo y accesible. Si bien los departamentos de IT siguen siendo una parte importante de la gestión del acceso a los datos, múltiples niveles de usuarios pueden personalizar tableros y crear informes de manera efectiva. Con el software adecuado, los usuarios pueden visualizar datos y responder a sus propias preguntas.
Mucho más que un elemento específico, hablamos de Business Intelligence como término general que cubre los procesos y métodos de recopilación, almacenamiento y análisis de datos de operaciones o actividades comerciales para optimizar el rendimiento. Todas estas acciones se unen para crear la visión integral de un negocio y ayudar así a los responsables a tomar mejores decisiones. Las mismas pueden estar dirigidas a aumentar la cifra de negocio o a la mejora de cualquier otro ámbito empresarial. El BI no se limita a cuestiones puramente financieras o económicas. En los últimos años, el BI ha evolucionado para incluir más procesos y actividades, que incluyen:
Si queremos manejar un concepto más sencillo que nos diga qué es el Business Intelligence, debemos decir que se ocupa de ayudar a las empresas y organizaciones a hacer y responder preguntas sobre sus datos. Y ahí es donde radica su importancia.
Los analistas pueden aprovechar el BI para analizar a la competencia y superarla. O pueden detectar más fácilmente las tendencias del mercado para aumentar las ventas o los ingresos. Así pues, usando Business Intelligence de manera efectiva, los datos correctos pueden facilitar casi cualquier labor, desde el cumplimiento de objetivos hasta los esfuerzos de contratación.
Las empresas, así como otro tipo de organizaciones, se plantean preguntas y establecen objetivos. Para responder a estas preguntas y realizar un seguimiento del cumplimiento de estos objetivos, recopilan los datos necesarios, los analizan y determinan qué acciones ejecutar.
En el aspecto técnico, se recopilan datos en bruto relativos a la actividad del negocio. Los datos se procesan y luego se almacenan en contenedores de datos. Una vez almacenados, los usuarios pueden acceder a ellos e iniciar el proceso de análisis para responder preguntas específicas.
En pocas palabras, el BI ayuda a los usuarios a sacar conclusiones del análisis de datos. Los profesionales del Data Science y el Business Analytics, por su parte, profundizan en los detalles de los datos, utilizando estadísticas avanzadas y análisis predictivos para descubrir tendencias y pronosticar patrones futuros. No es que una disciplina no pueda vivir sin la otra, pero ambas se complementan para hacer más fácil el trabajo de los profesionales.
Por supuesto, la importancia del BI y el análisis de datos hace imprescindible la formación de nuevos profesionales del sector. En Universitat Carlemany de ofrecer una oferta formativa capaz de satisfacer las necesidades de las organizaciones más exigentes. Comprueba el programa y su contenido.