En la Universitat Carlemany te vamos a contar, a continuación, qué es la ciencia básica y porqué tiene tanta importancia en el ámbito de las Ciencias Ambientales.
La definición técnica de las ciencias básicas es la de una disciplina cuyo fin es la abstracción de determinados fenómenos. Ello, sin implicar un criterio de aplicación inmediato.
En otras palabras, es una ciencia teórica cuya principal tarea es la de crear teorías que puedan explicar fenómenos antes de probarlos a nivel práctico. Gracias a lo teórico, permite generalizar y supone un primer paso de las ciencias aplicadas y métodos que generan.
De igual modo, tenemos que diferenciarla de la investigación pura, puesto que esta última es un procedimiento que busca lograr un fin.
Las ciencias básicas nos ayudan a entender el mundo que nos rodea, son investigaciones guiadas por el interés y la curiosidad de la comunidad científica. Sus avances pueden cambiar la percepción de la vida y la sociedad.
Por ejemplo, los avances en salud gracias a esta ciencia aumentaron la esperanza de vida y la tecnología que usamos hoy en día. Porque, en muchas ocasiones, sus descubrimientos sirven para desarrollar tecnologías revestidas de innovación, como son el smartphone, los satélites o los medicamentos que nos curan.
Son el resultado de investigaciones que durante muchos años realizaron científicos y que, en un principio no tenían un uso práctico, pero con el tiempo se hicieron realidad y posteriormente se utilizaron en aplicaciones prácticas.
La ciencia básica es la base de otras ciencias como es la aplicada, y es importante para el avance del conocimiento. Sin su capacidad para crear información generalizada, la humanidad no tendría posibilidades de avanzar. Por otro lado, la investigación pura que trata es el marco teórico de otras ciencias vinculadas como es la investigación experimental.
Por sí misma no tiene una utilidad concreta, pero tampoco podemos prescindir de ella ya que es esencial y un primer paso para la ciencia. Después de todo, sin una buena teoría que sustente la ciencia, el fracaso o éxito del estudio de ciertos fenómenos estaría atado, en gran medida, al azar. Por lo tanto, la ciencia básica y la experiencia no son excluyentes.
Hoy, ante las crisis económicas y otras problemáticas, muchas personas creen que la investigación científica debe tener ganancias económicas y que la ciencia básica se trata de un “lujo” que solo se pueden permitir las economías más desarrolladas. Pero están en un error. Un país que no invierte en ciencia básica no podrá conseguir nunca un desarrollo tecnológico propio y únicamente podrá decantarse por imitar tecnologías de otros países. Y eso se traduce en un mayor gasto que si se invirtiera en la ciencia básica.
En definitiva, gracias a la tarea investigadora de miles de profesionales (científicos, biólogos, ingenieros…) se aumenta a diario el conocimiento sobre el mundo donde vivimos y de nosotros mismos. Es por eso que hemos de ser conscientes de que es importante disponer de políticas que logren afianzar y fortalecer el sistema científico. Sus conclusiones surgirán con el paso del tiempo y el trabajo constante.
La ciencia básica tiene un conjunto de características que debemos de tener en cuenta. Eso sí, hay que recordar que estamos hablando de ciencia, no de una metodología de investigación. Esta ciencia se destaca por:
Es una ciencia básicamente teórica. Es la principal característica que la determina. Su función principal es la de crear teorías para, posteriormente, estas ser probadas de forma experimental por otras ciencias.
No se guía por cuestiones como la ética o la moralidad. Al no ser una ciencia práctica no necesita de un código moral o ético y no es conveniente limitarla en este sentido. Ha de explicar los fenómenos tal y como son, sin entrar en explicaciones extras u otras cuestiones.
La ciencia básica ayuda al estudiante a desarrollar facultades mentales como son la capacidad de análisis o síntesis, el cuestionamiento científico o la abstracción, entre otras capacidades.
En último lugar, es una ciencia esencial. Es necesaria para desarrollar procedimientos y métodos (investigación pura) que ayuden a adquirir cierto conocimiento teórico susceptible de generalizarse. Esto es importante para que la ciencia avance y progrese.
En último lugar, vamos a señalar algunos ejemplos donde trabaja la ciencia básica. Gran parte de ellas son conocidas por todos, las hemos estudiado y sabemos que forman parte, a su vez, de otras ciencias más experimentales o complejas.
Matemáticas. Es la ciencia pura por excelencia y la empleamos para casi todo en nuestra vida cotidiana. Tiene la labor de estudiar los números, las figuras geométricas y cualquier otra estructura abstracta. Es base de otras ciencias aplicadas como la economía, la ingeniería o la arquitectura.
Ciencias de la salud. En esta ciencia se engloban otras como la biología o la medicina. Tiene subáreas basadas en especializaciones como son la microbiología o la bioestadística.
Física. Estudia las leyes por las que se rige el universo y los fenómenos que en él se producen. Una vertiente práctica es la física aplicada que consiste en probar la validez de aspectos teóricos en la realidad.
Química. Estudia la materia y cómo interactúa mediante los átomos que la conforman. De esta manera, se interesa en la forma en la que se relacionan o agrupan. Un ejemplo es la farmacología.
Geología. Analiza la materia inerte que forma parte de nuestro planeta, en su composición, comportamiento y distintas relaciones.
Hasta aquí hemos señalado qué es la ciencia básica. Si estás interesado en aprender más sobre ella o continuar formándote en la materia, no dudes en contactar con nosotros.