A la hora de realizar una gestión de ciudades inteligentes y sostenibles es necesario tener en cuenta que el mundo moderno está lleno de personas, automóviles e infraestructura. Pero, ¿qué sucede cuando se necesitan los recursos para administrar una ciudad pero sin los medios para generarlos? Esta pregunta es una que muchas ciudades se han estado planteando durante muchos años.
Mientras que algunas ciudades están estudiando proyectos de reurbanización a gran escala como Dubai u Hong Kong, hay otras que optan por la gestión de ciudades inteligentes y sostenibles mucho más pequeñas, que pueden mejorar la eficiencia energética y reducir la huella de carbono.
Las soluciones inteligentes han comenzado a desempeñar un papel importante en las ciudades, ya que pueden ayudar a controlar el uso y el precio de la energía. Uno de los problemas más comunes que enfrentan las ciudades inteligentes es la resiliencia.
El campo de la planificación urbana ha experimentado un gran crecimiento y evolución en los últimos años. Pero, ¿cómo se crea exactamente una estrategia de gestión para ciudades inteligentes y sostenibles? El objetivo es ayudar a las personas a lograr sus objetivos de manera sostenible.
El desarrollo de las ciudades inteligentes y la movilidad inteligente están enfocados en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) pero tienen varios otras metas, como proporcionar acceso a espacios verdes, crear oportunidades de empleo y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La gestión de ciudades inteligentes y sostenibles debe hacerse con miras a la sostenibilidad y considerar las necesidades de todas las personas, independientemente de su edad, género o situación económica. En este sentido debemos brindar acceso a espacios verdes donde la gente pueda caminar; las fuentes de agua para beber deben estar limpias; los sistemas de transporte público deben ser eficientes para que las personas puedan moverse de forma rápida y segura.
El papel de los gestores urbanos en las ciudades inteligentes y sostenibles está cambiando. El administrador urbano no es solo un planificador. Es responsable de tres áreas principales:
1) Facilitar el acceso a recursos y servicios para el desarrollo social y económico
2) Asegurar que el desarrollo no interfiera con la calidad de vida de las personas que viven en la ciudad
3) Proteger el patrimonio cultural, medioambiental e histórico (paisaje, monumentos, edificios, etc.) de la ciudad.
Y hay varios desafíos que enfrentan estos profesionales: se están recortando presupuestos; tienen que asumir responsabilidades adicionales; tienen que hacer frente a las nuevas tecnologías y los cambios del mercado; su papel ha cambiado de observador pasivo a participante activo. Como resultado, necesitan soluciones creativas para abordar estos desafíos.
Necesitan un enfoque único e innovador que les ayude a tomar decisiones estratégicas sin tener que lidiar con problemas comerciales complejos.
La urbanización es un elemento vital en la gestión de las ciudades. Es una secuencia de eventos que tiene lugar a lo largo del tiempo. Cambia el entorno físico, político, social y económico de las ciudades. La ciudad tiene sus recursos, y se define, básicamente por la forma en que se usan.
La ciudad moderna tiene una abundante oferta de recursos naturales que son fácilmente accesibles para las personas. Por esta razón pueden utilizarse para crear riqueza, pero, la contaminación del aire ha empeorado de manera constante desde el comienzo de la Revolución industrial, por lo que ahora es más difícil usar el aire para el transporte porque la mayoría de los automóviles tienen altos niveles de emisión.
Para garantizar que una ciudad sea inteligente y sostenible, la mejor forma es haciendo un uso adecuado de los recursos. Por ejemplo, llevando a cabo un uso sostenible de la energía que se usa.
Las redes inteligentes son una forma de interconexión energética que utiliza fuentes renovables como el viento, la biomasa y la energía solar para suministrar electricidad a las cargas necesarias.
Equipar ciudades inteligentes con eficiencia energética garantizará el desarrollo sostenible de los espacios urbanos. Esta electricidad limpia y segura se proporcionará a los contribuyentes en lugar del costoso carbón. Además de mejorar la eficiencia, este tipo de sistemas reducen las emisiones de CO₂ y la pérdida de biodiversidad mediante la integración en las redes eléctricas y redes eléctricas.
Las Smart Cities se están convirtiendo en una realidad. Se han construido para respaldar la creciente demanda y el crecimiento de la sociedad digital. Como tal, la automatización será una característica clave en la gestión de ciudades inteligentes y sostenibles. La automatización puede permitir una gestión eficiente de los edificios y reducir los costes para los propietarios de edificios, al tiempo que proporciona una mayor seguridad para los ciudadanos y los operadores comerciales.
Las empresas de inteligencia artificial están desarrollando sistemas que pueden optimizar el uso de electricidad para hogares inteligentes, reduciendo así los costos operativos. Esto reducirá las emisiones de carbono y reducirá la carga ambiental sobre la sociedad.
La movilidad inteligente pretende facilitar el transporte independientemente de su ubicación. Con transporte público y vehículos privados especialmente diseñados y gestionados de manera flexible, se optimizan los costes energéticos, ambientales y económicos.