El diseño de exteriores es clave en la ornamentación, pero también por razones de funcionalidad, en las construcciones. Un Bachelor en Diseño da claves para que el proceso de configuración sea exitoso.
Para todos aquellos neófitos en esta cuestión, cabe decir que el diseño de exteriores es el proceso de diseñar y construir el exterior que rodea a un edificio. Dicha técnica incluye la contemplación de aspectos varios como pueden ser el sitio, el paisaje, la iluminación exterior y otros elementos que son de gran importancia. Así, el diseño de exteriores es una parte crucial para lograr que un edificio luzca un aspecto estético y atractivo para sus usuarios.
El diseño exterior puede ser considerado tanto un arte como una ciencia. En este sentido, hay numerosos aspectos que han sido estudiados por arquitectos durante mucho tiempo. Y con las nuevas tecnologías como el modelado 3D, por ejemplo, se ha vuelto más fácil que nunca crear unos diseños sorprendentes que, a la vez, pueden ser funcionales y estéticamente agradables.
A la hora de responder a la cuestión acerca de qué es el diseño de exteriores, es posible afirmar que se trata del proceso por el cual se consigue tener una visión global de un espacio antes de que esté realizado el trabajo. Además, gracias a él, toda la funcionalidad de cada una de las zonas exteriores puede quedar mucho más delimitada.
Evidentemente, hacer diseño de exteriores es mucho más que echar un vistazo al espacio del que se dispone y colocar arbitrariamente elementos. Así, es importante considerar varias cuestiones, como por ejemplo cuál es el tipo de diseño que irá mejor con las necesidades del cliente, qué uso va a tener el o los espacios que se van a trabajar, o cuáles son los límites técnicos que podemos encontrar en el proyecto en cuestión.
Teniendo claras las respuestas a estas preguntas, no solo el profesional podrá optar por los mejores materiales y elementos, sino que hará un trabajo coherente y armónico al cien por cien.
Es importante no olvidar que el diseño de exteriores trata de encontrar soluciones llenas de creatividad que se centren en las necesidades de los clientes. Por ello, la misión fundamental del diseño de exteriores es la de crear una experiencia de comodidad, bienestar y funcionalidad con estos espacios.
Como ocurre con todos los tipos de diseño, el que se aplica a los exteriores es un proceso que requiere pasar por una serie de pasos o etapas. A continuación, se detallará un poco más cómo se puede llevar a cabo el diseño de exteriores.
Antes de empezar a trabajar es fundamental saber a qué nos enfrentamos. Por esta razón lo primero, si es posible, es visitar el espacio en el que habrá que trabajar para verlo y poder formarse una idea de las necesidades de la ubicación.
De esta manera, será posible analizar si existe algún elemento que puede modificarse o renovarse para, por ejemplo, lograr que el espacio parezca más grande, o para ganar luminosidad.
Una vez se tiene claro cuál es el espacio, es el momento de realizar la propuesta. Se detalla en un documento en qué consistirá el trabajo del profesional.
Se incluirán bocetos, planos y todo aquellos elementos que permitan al cliente hacerse una idea de cuál será el resultado final de nuestro trabajo. Por lo general, en este tipo de dossiers los elementos que suelen incluirse son un plano en planta a todo color, la selección de las plantas, y cómo se distribuirán los elementos propuestos, infografías y todas las imágenes que sean necesarias, la relación de los materiales y acabados que se usarán, y el presupuesto.
Cuando el cliente acepta el presupuesto, es el momento de comenzar a trabajar. La duración de los trabajos dependerá del espacio que tengamos; se trata de un plazo en el que el equipo desarrolla todas las indicaciones que se plantean en el documento entregado al cliente.
Las fases que hay que ir siguiendo serán las siguientes, entre otras:
En realidad, cualquiera que esté en el exterior de un edificio. Incluso, las tendencias actuales se centran en los espacios de trabajo, que están desplazando sus oficinas al exterior. Pero también ocurre con otros ámbitos, puesto que a las personas les encanta hacer su vida al aire libre.
Estos son espacios exteriores clásicos. Las terrazas y los jardines son lugares que se pueden decorar de la forma en la que mejor se adapten a los gustos y preferencias de las personas.
Como ya se ha dicho anteriormente, los centros de trabajo están sacando sus espacios al exterior. Cada vez son más las empresas que quieren proporcionar a sus trabajadores espacios de trabajo al aire libre, y en eso el diseño de exteriores puede ayudar mucho.
En exterior se pueden hacer muchos y muy distintos eventos. Desde bodas hasta exposiciones, los espacios exteriores son maravillosos para acogerlos. Con el diseño de exteriores es posible hacer de estos lugares exactamente lo que se necesita de ellos.
Un ejemplo de estos espacios son los patios en los centros de mayores, o aquellos presentes en los hospitales. Estos espacios usan el diseño de exteriores para transmitir esa sensación de tranquilidad y bienestar que necesitan los pacientes para sentirse mejor.
Los lugares de ocio también son grandes objetivos del diseño de exteriores. Estos espacios son aquellos en los que, simplemente, los ciudadanos pueden pasear o sentarse a charlar, o los niños pueden jugar en ellos.
Como se ha mencionado en este artículo, el diseño de exteriores es adecuado para cualquier tipo de espacios que no esté en el interior de un edificio.
Hay varias técnicas para crear espacios exteriores, que se pueden crear en solitario o combinadas. Veamos:
La iluminación, natural o con focos, puede realizar determinadas zonas de los exteriores. Jugar con los contrastes, en algunos casos, puede ser útil.
El objetivo es crear un espacio amigable para las personas que estén en él. Aquí se puede optar por incorporar elementos vegetales o naturales.
La decoración de paredes es otra de las técnicas de exteriores interesantes, sobre todo en los edificios. Se pueden pintar, hacer murales o incorporar plantas, por ejemplo.
Igual que la luz, los espacios de sombra pueden ser agradables y proporcionar frescura o tranquilidad. Para ello, dependiendo del lugar, elegiremos distintas orientaciones.
Los materiales son variables, según el caso. Para los suelos, se suelen utilizar pavimentos. A veces, en las paredes se puede optar por la piedra o por el ladrillo, según el lugar y el clima. En otros casos, se pueden usar bancos, papeleras, jardineras o, incluso, toboganes para los más pequeños.