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Claves e impacto del diseño socialmente responsable

6 de octubre de 2021Universitat CarlemanyTecnología e InnovaciónActualización : 21 de julio de 2023
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El diseño socialmente responsable es una de las premisas que han de asumir empresas e instituciones para cumplir con lo establecido en la Agenda 2030. Algo que ya debe tenerse en cuenta, sin duda, en los temarios de los estudios relacionados con el diseño. En este sentido, esta entrada explica de qué manera el diseño puede velar por los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

El diseño socialmente responsable, todo lo que tienes que saber

La definición sintética de diseño socialmente responsable es la de aquel que, además de ocuparse de las cuestiones técnicas y/o económicas, tiene en cuenta el impacto medioambiental y social. Es, en definitiva, un diseño con compromiso social.

Ahora bien, para que consideremos que un diseño es socialmente responsable, ha de cumplir unas premisas. Esta entrada quiere definir cuáles son los casos y cómo se implementan. Además, hay que señalar que la responsabilidad social puede, o no, tener un retorno económico; dependerá de la finalidad.

En los últimos años, este concepto ha ganado peso porque el cliente es más exigente. Hoy no se pide solo que un producto sea funcional, atractivo y con buen precio; se pide, también, que tenga valores y alma. Y no ha de extrañar que las empresas se tengan que adaptar a esta demanda.  Cuando se diseñe un producto, se tendrán que considerar unas premisas de entrada para cumplirlo.

Por cuestiones de facilidad de comprensión, dividimos la información en dos apartados. En primer lugar, las premisas que ha de cumplir este diseño. Posteriormente, explicaremos de qué manera consigue el impacto que tiene.

Cómo tiene que ser el diseño socialmente responsable

El diseño, para ser socialmente responsable, ha de cumplir una serie de premisas. Es importante que las conozcas para poder tomar decisiones prácticas. Son las siguientes:

  • Vocación mayoritaria. Aunque quieras diseñar un producto comercial, esto no significa que no tengas que tener en cuenta al resto del entorno. Quizás no te compren, pero sí se pueden ver afectados por lo que diseñes. Cuando Victor Papanek enunció por vez primera este concepto, se refería a llegar al 90 % de los clientes potenciales del planeta.
  • Solidaridad. Es importante que cualquier diseño que quiera ser socialmente responsable tenga en cuenta esta cuestión. Y esto implica corresponsabilidad con el entorno, teniendo en cuenta cómo y de qué manera se va a utilizar un artículo. Además, convendrá comprobar si la producción o fabricación se va a realizar en condiciones justas.
  • Sostenibilidad. Estos diseños tienen que ser sostenibles. Por ejemplo, se tiene que estudiar el impacto ecológico, tanto el el diseño propiamente dicho como en los transportes y comercialización. Utilizar productos reciclables o biodegradables es una de las maneras de garantizar esta circunstancia.

En consecuencia, si se cumplen estos puntos, estaremos ante un diseño que tiene en cuenta lo social.

El impacto del diseño socialmente responsable

Lo cierto es que el impacto de este tipo de diseño es diverso. Y también lo es que los cambios que se consiguen son reales y que tienen un impacto a largo plazo. Hay una serie de casuísticas que podemos destacar y que marcan la diferencia. Son las siguientes:

Huella ecológica

La huella ecológica es uno de los principales impactos del diseño, tanto para bien como para mal. El uso de materiales autóctonos o foráneos, reciclables o no, y el ciclo en kilometraje que tiene que hacer hasta llegar al usuario o consumidor son cuestiones a tener en cuenta.

Hay que tener en cuenta que la reducción de la huella de carbono es uno de los principales ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Y cualquier cuestión relacionada con la Agenda 2030 lo considera central. Los principales países están comprometidos en esta estrategia de rebaja de emisiones. No estará de más, pues, que se haga hincapié en este aspecto para cumplir con las premisas.

Existe, sin embargo, una guía para minimizar los problemas. Por lo general, se valorarán aquellos diseños con materiales que reduzcan el impacto sobre la huella de carbono.

Condiciones de vida de la población

Las condiciones de vida de la población donde se fabrica un diseño son, también, un elemento fundamental. En este caso, se da importancia a tres aspectos:

  • Que las personas que fabrican el producto o que proveen las materias primas tengan una retribución justa. Esto es, que no sean explotadas por su trabajo. Para eso, habrá que tener en cuenta cuál es el nivel de vida del país y lo necesario para mantenerse con decoro.
  • Que no haya ningún tipo de discriminación salarial. Es decir, que por el mismo trabajo se pague la misma cantidad. Esto se plantea, sobre todo, en relación con las cuestiones de género. Hay que recordar que la mayoría de los países democráticos ya han establecido leyes para evitar este problema.
  • Que los trabajadores vean reconocidos sus derechos laborales y asociativos. Es decir, que trabajen y decidan en plena libertad. Por lo tanto, el diseño tiene que tener en cuenta el respeto a los Derechos Humanos (DD. HH).
  • Que el diseño aporte riqueza y trabajo al lugar en el que se realiza. Por este motivo, se priorizarán los proyectos de economía circular y aquellos que generen riqueza autóctona. Eso sí, cuando no sea posible, se podrían utilizar productos foráneos.

Todas estas cuestiones son centrales para facilitar el trabajo. No está de más, pues, que las tengas en cuenta.

Accesibilidad

La accesibilidad es otra de las cuestiones importantes que has de tener presente. Un diseño, como se ha dicho antes, ha de tener vocación global y de integración.

Por ejemplo, un diseño puede facilitar el lavado de ropa en lugares donde no hay mucha agua disponible. U otro ejemplo interesante es el de los productos que incluyen letras en braile para que las personas con problemas de visión puedan leerlos. Por lo tanto, el objetivo final es evitar que la mayoría se quede atrás.

En definitiva, la idea de accesibilidad es central para lograr una sociedad más igualitaria e inclusiva.

Conclusión

El diseño socialmente responsable es, por muchos motivos, un reto de futuro. Saber en qué consiste y el impacto que tiene sobre el entorno servirá para conocer cuál es su proyección. La Agenda 2030 va a hacer que el diseño, en los próximos años, tenga que seguir esta pauta.