La economía colaborativa es un concepto en boga y expansión en distintos ámbitos. Hay que señalar que el Bachelor en Ingeniería de Organización Industrial la tiene presente. Conoce mejor cómo funciona.
Al preguntarse qué es laeconomía colaborativa, debemos señalar que es hija del desarrollo de internet y de la Inteligencia Artificial (IA). Básicamente, es un sistema consistente en aprovechar las nuevas tecnologías para poner en contacto a usuarios para comprar y vender, compartir o alquilar un bien o servicio. De esta manera, se aprovechan mejor los bienes y servicios y se facilita un uso eficiente.
Si bien es central en la Ingeniería de Organización Industrial, se aplica en numerosos ámbitos.
Lo que es importante señalar es que existen numerosos tipos de economía colaborativa. Conocerlos es central, tanto desde la perspectiva del cliente como de la empresa. Toma nota:
La producción colaborativa se centra en espacios físicos (coworking) o virtuales (comunidad, foros) para que varias personas cooperen para la producción de bienes y servicios. En consecuencia, esta es una función interesante. Si bien es más fácil la producción de ideas, también se podría aplicar en determinados bienes.
El consumo colaborativo ha existido siempre, pero en los últimos años ha ganado importancia. Un caso paradigmático es el de compartir coche (BlaBlaCar, Uber o Cabify), pero también lo encontrarás para comprar algún tipo de bien o servicio (eBay). En definitiva, existen distintas posibilidades para optimizar el uso de recursos.
Este tipo de modalidad ha crecido, especialmente, para cuestiones culturales o de activismo, pero también financieras. Aunque el modelo por antonomasia es el crowdfunding, en el que varias personas ponen distintas cantidades para lograr un objetivo (la colecta de toda la vida, pero virtual). También existen portales especializados en facilitar préstamos entre particulares. Por lo tanto, es interesante que conozcas esta opción.
El conocimiento abierto es otra de las características de los proyectos de economía colaborativa. Hoy en día, hay numerosos portales de información gratuitos que permiten compartir información de casi cualquier tema (desde economía a política, filosofía, salud, cuidados en la maternidad o psicología). Sin duda alguna, esto sería imposible sin la existencia de internet, porque se abren nuevas posibilidades, también en el ámbito de la investigación.
El mundo de la economía colaborativa proporciona varios beneficios para particulares y empresas. Y, aunque muchas veces nos centramos solo en particulares, hay otras vías para empresas e instituciones. Aquí vamos a hacer referencia a los más importantes:
Como principio general, la implementación de este tipo de modelos económicos ayudará a aumentar la oferta de bienes y servicios disponibles. Y, como bien demostró en el siglo XIX John Stuart Mill, todo lo que implique ampliaciones del mercado redundará positivamente en la sociedad.
¿Cuántas veces hay coches que podrían utilizarse por más personas? ¿Y cuántas veces has tenido la sensación de que eso era un desperdicio? Pero lo mismo podemos decir si te sobra un iPad al que no sabes cómo darle salida. Poner en el mercado este bien ayuda, indudablemente, a optimizar el uso de recursos.
Los modelos colaborativos son una puerta al ahorro. Compartir un local, un coche o una vivienda supone, también, una reducción de los gastos. No en vano, este es un método útil porque se disponibilizan recursos, gracias a un uso al máximo de sus capacidades. Y, por supuesto, esto, a la larga, genera un ahorro que vale la pena tener en cuenta.
Los modelos colaborativos alargan la vida útil de los bienes y evitan su infrautilización. Eso, evidentemente, nos lleva a que no necesitemos tantos recursos para trabajar en el día a día. Por lo tanto, a medio plazo estas actividades reducen el uso de recursos.
Las posibilidades que tienen las plataformas de economía colaborativa son inmensas. Y los distintos desarrollos de internet son muy útiles para este tipo de opciones económicas. En cualquier caso, sí podemos destacar los siguientes casos, porque destacan:
El comercio de artículos de segunda mano es una de las principales aplicaciones. Plataformas como Wallapop o eBay están especializadas en la compraventa de artículos usados. Y hay que señalar que también existen opciones de nicho para artículos vintage.
El alojamiento es otro de los puntos en los que este tipo de herramientas funcionan bien. Plataformas como Airbnb han permitido poner en el mercado de alquiler vacacional centenares de miles de viviendas. Y esto, evidentemente, ha democratizado el acceso a este recurso.
El sector de la automoción o de los viajes también es otra opción y BlaBlaCar es, probablemente, el caso de economía colaborativa más conocido en este ámbito. No obstante, también hay casos como el de Uber o Cabify, aunque en los últimos años ha habido una cierta controversia.
Hablar de métodos de compartir conocimiento de forma colaborativa es hacerlo de la Wikipedia, el gran templo del saber colectivo. Hoy en día, existen distintas variantes, pero con la misma filosofía. También podríamos hablar aquí de los foros o portales especializados en una temática específica.
El ámbito de la hostelería también tiene una parte colaborativa, pero no tanto con el clásico "take away", sino con el aprovechamiento de recursos. Por ejemplo, es posible que una empresa tenga un sobrante que tendría que tirar de otra manera y, gracias a determinados portales de internet, puedes conseguir alimentos preparados o frescos a un precio muy bajo.
El sector financiero es, igualmente, un ámbito de acción de las formas de economía colaborativa. En primer lugar, a través de los préstamos personales entre particulares. Por otra parte, mediante la financiación como el crowdfunding. Existen, pues, multitud de posibilidades que puedes aprovechar.
Las fórmulas de economía colaborativa han venido y no se van a ir. Por sus múltiples beneficios, y por la eficiencia que generan, varios colectivos están interesados en su existencia. No está de más, pues, conocer mejor las distintas opciones existentes.