La ya no tan reciente situación de la pandemia originada por el COVID-19, ha supuesto, sin duda, un cambio en la forma de entender la vida por parte de los ciudadanos. También ha provocado, entre los muchos cambios, una afectación muy importante en los objetivos de desarrollo sostenible marcados por la Organización de las Naciones Unidas. Por supuesto, también se han visto efectos del COVID en el Objetivo del Desarrollo Sostenible número 4: educación de calidad.
No obstante, se han producido otros muchos efectos en los demás objetivos y, por ello, la Organización de Naciones Unidas sigue insistiendo en que hoy más que nunca es fundamental que todas las naciones trabajen juntas en pro de estos objetivos de desarrollo sostenible. Igualmente, afirma que para ello la solidaridad es fundamental.
El ODS 4 es garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos
No hay que olvidar que la educación de calidad es un derecho que tienen todas las personas, y que los efectos del COVID-19 en el ODS 4 pueden lastrar ese derecho. Es un pilar para el desarrollo sostenible, pues proporciona a las personas conocimientos, capacidades y valores fundamentales para aprender a vivir en sociedad.
En la actualidad, hay muchos niños y jóvenes en todo el mundo que no tienen acceso a una educación, lo que les impide aprender algo tan básico como leer y escribir.
De esta forma, la importancia del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 garantiza una educación a la que todas las personas puedan acceder en igualdad de condiciones. Para esto, la UNESCO aúna la coordinación de tareas para que todos los países trabajen en pos de lograrlo.
Por otro lado, los gobiernos deben esforzarse en realizar acciones para poder garantizar la educación de sus ciudadanos, y en ello tienen que implicarse todos los agentes que puedan tener un papel de una u otra forma. Solamente así será posible lograr este objetivo en tiempos de pandemia.
No podemos dejar de insistir en que el ODS 4 hace referencia a uno de los Derechos Humanos Fundamentales, y toda persona debe tener acceso a él.
Los efectos del COVID-19 en el ODS 4 llegan en un contexto inédito hasta el momento, ya que el virus que tiene en jaque a todo el mundo ha provocado una crisis muy importante del sistema. Por este motivo, muchas personas de todas las edades han visto cómo su desarrollo educativo se veía perjudicado. Por esta razón, volver a levantar los cimientos de la educación es un objetivo prioritario para que la sociedad se recupere de los efectos de esta emergencia sanitaria.
Solemos dar por hecho cosas que no deberíamos. Por ejemplo, lo hacemos con la educación. Si bien en Europa lo normal es que todos los niños y jóvenes estén escolarizados, en otros lugares del mundo lo normal es exactamente lo contrario. Este derecho se recoge en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, más concretamente en su artículo 26, así como en la Convención sobre los Derechos del Niño. En estas cartas se recoge la obligatoriedad y la gratuidad de este derecho.
Sin embargo, algunos de los efectos del COVID-19 en el ODS 4 han provocado que los jóvenes no puedan acudir a clase, haciendo mucho más difícil en muchos casos, el acceso ya de por sí complicado a la formación.
Con motivo de la aparición del COVID-19, los centros educativos de todo el mundo han tenido que interrumpir su trabajo habitual, lo que puede haber repercutido muy negativamente en los estudiantes. Son más de 1600 millones de personas los que han sufrido la interrupción de la actividad de universidades, colegios e institutos, entre otros, en más de 190 países de todo el mundo.
Todos los países afirman la gran importancia de la educación para conseguir los 17 objetivos sostenibles que marcó la UNESCO. Hay que insistir en que el número 4 pretende que todos puedan acceder a una educación de calidad y que las oportunidades sean las mismas para todos.
En gran medida, su importancia radica en que gracias a la educación los niños tienen una oportunidad de mejorar en su vida, y que, gracias a ella, los países pueden conseguir la igualdad de género que hoy es tan necesaria.
Es por ello por lo que en todos los países del mundo se trabaja duramente, a veces por medio de sinergias y alianzas, para poder volver a construir una sociedad que ha sufrido los efectos del COVID-19 en el ODS 4 y que necesita recuperarse para poder ser más sostenible e inclusiva.
Para ello, es fundamental el compromiso de los países que más pueden aportar, aunque es responsabilidad de todos.