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Aunque este artículo versa acerca de las funciones del nutricionista, es básico que antes se aclaren una serie de conceptos que son necesarios para entender la dimensión de esta profesión.
Dentro del marco de ladietética humana, el perfil del dietista-nutricionista es importante para asegurar el bienestar de las personas, y conseguir que, mediante la alimentación, puedan tener una buena salud.
Así, empezaremos definiendo este perfil.
Un dietista-nutricionista tiene calidad de profesional sanitario, y su trabajo se dirige a aquellas actividades que tienen que ver de alguna forma con colectivos o personas que están en cualquier condición física (en lo que se refiere a salud), sin importar el rango de edad en el que se encuentren. Esto es importante porque pueden trabajar con personas de cualquier edad.
Una de las funciones del nutricionista es diseñar dietas adecuadas a la necesidad de cada persona, de modo que la alimentación sea una herramienta tanto para prevenir enfermedades como para evitar que aparezcan. Para su diseño, el profesional deberá tener en cuenta de qué patología se trata, el estado de salud de su paciente y su edad.
Por otro lado, es también importante señalar que el nutricionista tiene múltiples campos de acción: desde la atención primaria en centros médicos, hasta hospitales, pasando por sector deportivo o restauración.
Antes de ocuparnos del punto central de este artículo, que no es otro que hablar de las funciones del nutricionista, hay que decir que este profesional puede hacer que, mediante la alimentación correcta, la calidad de vida de todas las personas mejore considerablemente.
Gran parte de la labor del nutricionista es enseñar a alimentarse, investigar acerca de cómo la alimentación puede ayudar a tener una buena calidad de vida y a aconsejar al respecto. Siempre hay un componente de educación en su trabajo.
Así, entre las muchas funciones del nutricionista se pueden señalar las que mencionamos a continuación.
Además de las funciones del nutricionista que se han comentado anteriormente, este profesional puede especializarse en distintos campos, como los dos (hay más) que indicamos a continuación.
Este perfil trabaja con personas que ya cuentan con un diagnóstico facilitado por el médico. La función del clínico es la de trabajar con la persona para que esta pueda cambiar sus hábitos de alimentación según las necesidades que tenga. Puede trabajar en hospitales, para eliminar la obesidad o el sobrepeso, para ayudar a tratar distintas patologías, en embarazadas, para deportistas o también en casos de trastornos alimenticios.
Si se piensa que en la sociedad actual de cada tres niños uno tiene sobrepeso u obesidad, puede entenderse la importancia del trabajo del nutricionista. Es importante saber que si en edades tempranas esto no se soluciona, de mayor pueden presentar importantes problemas, sin contar con que su calidad vida será peor que la de otros niños que no tienen ese exceso de peso.
Una de las funciones del nutricionista es precisamente esa, reducir la tendencia actual que los más pequeños sufran obesidad. Gracias a su formación puede proporcionar pautas a los pequeños y a sus familias que les ayudará a llevar una alimentación mucho mejor y a que estén sanos.
Pero, además, un nutricionista infantil puede tratar trastornos alimenticios y alergias derivadas de los alimentos en los chicos.
También se les llama “comunitarios”. Su labor es crear programas preventivos y promocionar la salud desde la educación alimentaria. Sus áreas de actuación serán todas aquellas en las que pueda haber personas que necesiten sus servicios.
Las funciones del nutricionista de salud pública incluyen realizar herramientas que se puedan utilizar para mejorar la salud de las personas y, luego, crear unos programas de intervención para ellos.
Además, pueden participar en grupos con otros profesionales de modo que el esfuerzo sea una tarea común de todos.