Higiene alimentaria: en qué consiste, objetivos y beneficios
Hay muchas cuestiones a tener en cuenta en el campo de la nutrición y la dietética. Una de ellas, indudablemente, es el conjunto de fundamentos para la gestión de la calidad, seguridad e higiene alimentaria.
Por ese motivo, la alimentación es tan importante y por eso hay que conocer los fundamentos de la gestión de la calidad, seguridad e higiene alimentaria.
¿Qué es la higiene alimentaria?
Según la Organización Mundial de la Salud, la higiene alimentaria es el conjunto de medidas que se deben llevar a cabo y las condiciones a cumplir para garantizar la salubridad de los alimentos en todas y cada una de las fases de la cadena alimentaria: la producción, el almacenamiento, el transporte, la conservación...
Importancia de la higiene alimentaria
La razón principal por la que la higiene alimentaria es tan importante es que es un proceso fundamental para evitar contaminaciones que causan alteraciones en los alimentos, que serían tóxicas y podrían generar enfermedades. Dicho de otra manera, la higiene alimentaria es necesaria para garantizar el bienestar de las personas que consumirán los alimentos. Por otra parte, el incumplimiento de la normativa de higiene alimentaria puede ser objeto de sanciones.
El futuro de la higiene, la calidad y la seguridad alimentaria, son estrictos y creativos. No en vano, se van a establecer regulaciones más estrictas para la producción de alimentos. Asimismo, los productos también se tendrán que adherir a pautas más estrictas de calidad, al tiempo que será necesario innovar en lo referente a las nuevas formas de garantizar la seguridad de los alimentos para el consumo.
Objetivos de la higiene alimentaria
El objetivo principal de la higiene alimentaria es prevenir la contaminación de los alimentos. Y, en relación a la seguridad de los alimentos, debemos señalar que los principios son fundamentales para que no se contaminen con organismos nocivos. Y es que los microorganismos, en los alimentos, pueden causar enfermedades, incluyendo problemas graves de salud como salmonelosis, botulismo o E. coli.
Algunos casos más habituales de contaminación alimenticia proceden de la carne cruda y de otros productos vegetales (frutas y verduras) que se han lavado mal o manipulado con las manos sucias o con un equipo contaminado.
Los microorganismos también se pueden introducir en los alimentos durante el proceso de cocción si la temperatura no es lo suficientemente alta como para matarlos.
Otro objetivo de la higiene alimentaria, es garantizar la calidad de los alimentos. Indicamos esto porque, más allá de cuestiones sanitarias, un alimento de calidad es un alimento limpio y saludable.
La higiene
La gestión de la calidad, seguridad e higiene alimentaria está muy relacionada con cómo se procesan y se tratan los alimentos.
Puesto que vivimos en una sociedad que depende cada vez más del suministro externo de los alimentos, es alarmante ver que aumenta el número de enfermedades que se transmiten por los alimentos. Para poner solución a este problema, conviene seguir unos principios que las personas puedan seguir para garantizar que los alimentos sean aptos para el consumo.
La higiene de los alimentos es importante para la seguridad y salud de todas las personas que los ingieren.
Las enfermedades transmitidas por los alimentos pueden causarse por distintos tipos de bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas. Para evitar estos riesgos, es fundamental que sigas estas pautas:
- Utilizar agua potable y materias primas.
- Separar alimentos crudos y cocidos.
- Lavar y desinfectar las superficies donde se manipulan los alimentos.
Prevención de la contaminación cruzada
En la gestión de la calidad y de la seguridad e higiene alimentaria, la prevención de la contaminación cruzada es uno de los principios que se han de tener más en cuenta. Esta se da cuando un tipo de alimento contacta con otro tipo distinto; eso no siempre es intencional, pero no siempre es fácil evitar que suceda.
Lo primero para prevenir la contaminación cruzada de los alimentos es comprender qué sucede cuando dos o más alimentos se mezclan durante la preparación o almacenamiento. Por ejemplo, cuando el jugo de la carne cruda gotea sobre verduras cocidas, o cuando la carne cruda cae sobre un bisté cocido en una sartén.
El segundo paso es asegurarse de que el entorno de la cocina sigue ciertas normas que eviten que eso pase. Hay tres normas principales para conseguirlo:
- Contar con áreas de preparación diferentes para los distintos tipos de alimentos. La contaminación cruzada es uno de los problemas recurrentes.
- Usar tablas de cortes distintas para cada tipo de alimento.
- Tener las manos siempre limpias en el momento de empezar a cocinar. Y volver a lavarse las manos si se cambia de ambiente.
- Limpiar y desinfectar exhaustivamente los utensilios y superficies que se hayan utilizado, sobre todo si han estado en contacto con carne, aves o marisco crudo.
Implementación de un sistema de calidad
El primer paso es escoger el sistema de control de calidad que vas a seguir. Este proceso suele exigir tiempo e implicar algunas etapas antes de seleccionar el mejor sistema. Las prácticas actuales de una empresa, su industria i la medida de su huella de carbono son factores que también debes tener en cuenta. A continuación, es necesario definir un proceso para implementar el sistema de gestión de calidad que elijas.
Es importante que una organización empiece por definir lo que quiere que su sistema de gestión de la calidad haga por ella; esto hará que sea posible enfocarse más y, por lo tanto, tener éxito en una o varias situaciones específicas. También es importante saber qué tipo de marco necesita una organización: puede ser un marco estándar o personalizado que se ajuste a sus necesidades específicas.
Beneficios de una buena higiene alimentaria
Una buena higiene alimentaria proporciona beneficios diversos. Destacamos estos sobre los demás:
Prevención
Lo primero que hay que destacar es que así se previenen múltiples enfermedades asociadas al consumo de alimentos contaminados o en mal estado. Esto es bueno para los individuos, pero también para el conjunto de la sociedad, porque se reduce el riesgo de epidemias.
Mejora de los estándares y de la calidad
Hoy en día, los estándares de calidad de los alimentos son cada vez más exigentes. Y, además, existen numerosas regulaciones de las empresas que proporcionan seguridad y prestigio a quien consume los alimentos. En definitiva, esto redunda en la mejora de la calidad de lo que comemos.
Seguridad
La trazabilidad de los estándares es uno de los puntos irrenunciables hoy en día para garantizar la seguridad alimentaria. Pues bien, con estas medidas, es mucho más fácil controlarla y evitar problemas a largo plazo. Una vez que se identifique un problema en la cadena, se puede solucionar más fácilmente.
Salud pública
Todas estas acciones, en última instancia, repercuten en la salud pública. No en vano, al comer alimentos de calidad y en mejores condiciones, se reducen los riesgos de padecer enfermedades y, a la larga, aumenta la esperanza de vida. Por resa razón, al preguntarse qué es la higiene alimentaria, podemos responder que es una cuestión estratégica socialmente.
En resumen, la higiene y seguridad de los alimentos es fundamental para que las personas que los consumen no sufran efectos nocivos en su salud. Por eso, no solo es necesario que las personas adopten buenas prácticas en el momento de manipularlos, sino, también, que las empresas sigan las políticas adecuadas.