El ser humano ha invertido gran cantidad de recursos en innovación tecnológica. Desde las primeras hachas de sílex, hasta el nivel de desarrollo actual, que nos permite comunicarnos a distancia en tiempo real, entre otras muchas cosas. Hablamos de los factores que dificultan una innovación tecnológica alineada con los objetivos de la sostenibilidad.
Existen tres elementos a los que debemos prestar atención:
El objetivo debería ser cerrar la brecha entre la teoría de la innovación tecnológica sostenible y la práctica de la misma. Academia y actores de campo deben trabajar de la mano para que los procesos de innovación tecnológica sean de verdad sostenibles y continúen siéndolo.
El desarrollo sostenible se definió hace una generación a través de una serie de comisiones y cumbres dirigidas por las Naciones Unidas como un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.
Más recientemente, en septiembre de 2015,prácticamente todos los países miembros de las Naciones Unidas se comprometieron con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que proporcionan metas y calendarios específicos para mejorar el bienestar inclusivo. La innovación tecnológica está en el corazón del desarrollo sostenible. De hecho, es en sí misma uno de los ODS, el número nueve, y también un medio para alcanzar los demás.
La tecnología es el subconjunto del conocimiento que incluye la gama completa de dispositivos, métodos, procesos.
Por su parte, la innovación es el proceso mediante el cual la tecnología se concibe, desarrolla, codifica e implementa.
Los factores que impiden la movilización de la innovación tecnológica para el desarrollo sostenible son en gran medida los mismos que impiden la innovación en general. Sin embargo, también existe un desafío particular para quienes trabajan en la promoción del desarrollo sostenible. Y es que las poblaciones empobrecidas, marginadas y futuras, suelen carecer del poder económico y político para dar forma a los sistemas de innovación que necesitan. Por ejemplo, la inversión global en investigación y desarrollo (I + D) en medicamentos para «enfermedades desatendidas» es insuficiente. ¿El motivo? Que las poblaciones de los países en desarrollo que soportan la carga principal de tales enfermedades carecen de los medios para incentivar dicha inversión.
Asimismo, la inversión actual en energía baja en carbono no refleja plenamente los intereses de las generaciones futuras, que se verán afectadas por el cambio climático porque esas poblaciones no nacidas no pueden influir directamente en los sistemas de innovación actuales.
Hacer que la innovación tecnológica funcione para el desarrollo sostenible en general, y para las poblaciones que carecen de poder en particular, requiere una mayor claridad en la conceptualización del proceso de innovación en sí, en la identificación de las barreras a la innovación y en el aprendizaje de una gran cantidad de investigaciones académicas y experiencias pasadas.
Los sistemas de innovación son sistemas complejos de carácter adaptativo que funcionan por etapas codependientes con múltiples retroalimentaciones, efectos dominó positivos y negativos, y deben contar con el potencial de impactos no lineales.
Se trata, además, de sistemas sociotécnicos conformados por las interacciones recíprocas de factores sociales y tecnológicos. Comprender los sistemas de innovación de esta manera permite un aprendizaje intersectorial más útil.
Por último, los sistemas de innovación están guiados por instituciones que con demasiada frecuencia reflejan los objetivos de los poderosos más que los de las poblaciones empobrecidas y marginadas y futuras. No obstante, las instituciones pueden ser remodeladas por actores con diversas formas de poder de manera que apoyen la innovación para el desarrollo sostenible.
Para comprender cómo funcionan los sistemas de innovación es necesario analizar los actores e instituciones que contribuyen a la innovación. Y hay que hacerlo en una región geográfica, sector, área tecnológica o nivel de análisis en particular. Los actores suelen incluir individuos y organizaciones que operan en múltiples escalas. Por ejemplo, gobiernos centrales, autoridades locales, universidades, empresas privadas, organizaciones sin fines de lucro, empresarios y usuarios de tecnología.