Diseño industrial: definición y fases principales del proceso 

El diseño industrial es algo que se viene haciendo desde la I Revolución Industrial, y cambió todos los esquemas. Se produjo como consecuencia de una necesidad creciente de avanzar y dejar atrás el artesanado. De esta forma, nació el proceso de diseño para intentar alcanzar una producción más eficiente. Si quieres saber más acerca de este tema, te recomendamos que eches un vistazo a nuestro Bachelor Online en Diseño. 

Ahora bien, si tuviésemos que definir qué es este proceso de diseño, diríamos que es un procedimiento con el que se intenta satisfacer las necesidades de un mercado y de un cliente mediante la creación, la mejora y el desarrollo de los procesos ya existentes. 

Si te interesa saber cuáles son las fases de este procedimiento, quédate con nosotros. Te lo contamos.

¿En qué especialidades se centra el diseño industrial?

El diseño industrial se centra en la utilidad y aplicación de los prototipos, planteando alternativas útiles. Por esta razón, estamos ante una disciplina eminentemente práctica.

Aquí indicamos algunas de las áreas en las que se especializa el diseño industrial:

• Diseño de productos
• Diseño de juguetes
• Diseño de maquinaria y aparatos industriales
• Diseño de envases y embalajes
• Diseño de calzados
• Diseño de electrodomésticos y aparatos para el hogar
• Diseño de aparatos electrónicos e informáticos

Existen numerosas especializaciones, pero destacamos estas por encima de otras. 

Funciones principales de un diseñador industrial 

El diseñador industrial es un profesional que tiene varias funciones. Estas son las más importantes:

• Investigar: un diseñador industrial investiga el mercado, los problemas y las posibles demandas del mismo.
• Plantear soluciones: proponer soluciones y diseñarlas es otra de las funciones de los diseñadores. 
• Probar productos: esta es otra función para comprar si los productos funcionan adecuadamente o si procede aplicar mejoras o cambios.
• Plantear mejoras a productos existentes: algunos productos tienen margen de mejora con el diseño existente. El diseñador, en este caso, se encarga de plantearlas e innovar.
• Supervisar el proceso de diseño industrial: esta es una parte fundamental, sobre todo para los jefes de equipo. 
• Planificar la producción: una función posible es la de implementar un plan de producción de los nuevos prototipos o de un producto existente. 
• Implementar planes de sostenibilidad: la sostenibilidad es un punto irrenunciable de las empresas. Aquí el diseñador puede encargarse de implementar los planes. 

Fases del proceso de diseño que todo diseñador industrial debe dominar

Desde el momento inicial, en el que se tiene la idea para un producto hasta que se pone a disposición del consumidor, se produce un proceso de diseño que atraviesa diferentes fases. No obstante, nosotros nos detendremos una fase antes, en la de prototipado. Y las etapas por las que hay que pasar son las siguientes.

Fase 1: planificación y planteamiento

En esta etapa hay que definir y conocer en profundidad lo que se va a producir, y con base en esto se planifica el marketing que se realizará para su promoción y venta. Las especificaciones del diseño se desarrollarán a posteriori.

Al definir el concepto en sí, se tendrán en cuenta aspectos fundamentales como pueden ser el público al que va dirigido, qué beneficios ofrecerá al consumidor (para lo que habrá que saber qué necesita el usuario) o cómo se usa y dónde se compra, así como las estrategias de venta y distribución. 

Fase 2:  estrategia y análisis

En esta fase, se comprueba si, técnicamente hablando, el producto en proceso de diseño es viable. La etapa termina validando o modificando las especificaciones del diseño. Para ello, se realizan las siguientes acciones: 

En primer lugar, un estudio de mercado para conocer la competencia, los productos y los planteamientos a nivel comercial. Posteriormente, se analizan y estudian las tendencias a plazo medio y corto. Asimismo, se estudia la normativa y legislación en materia de propiedad industrial del lugar afectado. Y, finalmente, se analizan determinados aspectos del producto relacionados con el uso, las funcionalidades o la seguridad. 

Fase 3 del proceso de diseño: diseño del concepto en sí mismo

Esta es la etapa en la que el concepto propiamente dicho del producto toma forma. La creatividad es elemental en esta fase, y en ella se trata de plasmar en el producto las necesidades de los usuarios.

Cuando el concepto esté establecido, se proponen opciones diferentes con variaciones en aspecto, uso y función. Cuando se analizan todas, se decide la que se plasmará de forma exhaustiva en la etapa de diseño. Se trata de un momento en el que se utilizan muchísimas técnicas para facilitar que ese concepto fluya de forma natural: el brainstorming o lluvia de ideas, el análisis puramente funcional, o las encuestas a los futuros usuarios y los grupos focales. 

Fase 4: etapa de diseño detallado

La etapa del diseño detallado es muy importante dentro del proceso de diseño, puesto que plasma de forma exhaustiva lo determinado en la fase de conceptualización. Ahora se concretan aspectos como qué materiales se usarán para su fabricación, los acabados disponibles, qué sistemas de seguridad usará...

Para completarla es necesario seguir estos pasos: estudiar (si es necesario) la modularidad del producto, diseñar todos los grupos de elementos que usará, elegir los métodos comerciales para su promoción y venta, diseñar los elementos que se utilizar y tener a mano la documentación que se incluirá. Por ejemplo, las últimas tecnologías han fomentado la incorporación de la realización de prototipado virtual, también llamado Digital Twin. 

Fase 5 del proceso de diseño: prototipado e industrialización

Se relaciona íntimamente con la ingeniería de los productos, fase en la que el producto en cuestión queda concretado de forma definitiva. Al ser un momento en el que se plasma todo lo anteriormente definido, la creatividad y el diseño no son relevantes. Es ahora cuando se valida el diseño de la etapa anterior y se modifica lo necesario.

Eso sí, debemos insistir en que un prototipado, tanto digital como físico, es elemental para el buen desarrollo del proyecto que hay entre manos. Esto es especialmente relevante si se piensa comercializar en grandes cantidades, o en serie. De ahí que el proceso de diseño industrial de un producto sea básico para que llegue hasta el cliente final con todas las garantías.