es
Cuando hablamos de diseño sostenible, nos referimos a un término que se utiliza en muchas disciplinas diferentes. Por ejemplo, este se usa en el diseño arquitectónico y de producto, de interiores y en diseño gráfico.
Propiamente dicho, el diseño sostenible es un proceso creativo en el que el enfoque que se prioriza es el que respeta el medioambiente, y toma algunos recursos de la naturaleza como parte de la pieza. De hecho, para la presidenta de la American Society of Interior Designers (ASID), Sharlyn Underwood, es "una forma de diseñar construcciones que estén en armonía con la naturaleza".
Para muchas compañías como Apple o como IKEA, el diseño sostenible es una obligación para conseguir una mejor calidad de vida a través del consumo responsable de los recursos. Por ello, constantemente se crean estrategias de diseño con un gran potencial para aplicar la sostenibilidad.
Como profesionales, es necesario entender cuál es el papel del diseñador en el mundo sostenible. Una de las misiones es la de ser capaz de resolver problemas y proporcionar nuevas soluciones utilizando productos y nuevos servicios. También es fundamental considerar los problemas a los que se debe enfrentar el planeta, los cuales se derivan directamente del consumo no responsable de los recursos naturales. El diseñador será quien debe ofrecer esas soluciones, y cambiar las que ya han quedado obsoletas por otras nuevas, todo para que se realice una gestión de los recursos más responsable.
Enfocar el diseño desde un punto de vista holístico puede fomentar el desarrollo de capacidades que reemplacen las antiguas soluciones. Un ejemplo se encuentra en la empresa LEGO: sus diseñadores crean sus piezas de juguete con la misma calidad de los de antes, solo que con materiales que no dañan el medioambiente. Con esto, siguen manteniendo su calidad, pero también ayudan a la sostenibilidad del planeta.
Como se mencionó antes, Apple es otra de las empresas que apuestan fuerte por el diseño sostenible. A lo largo de toda la historia de esta empresa tecnológica, la sostenibilidad ha sido siempre un pilar fundamental. Si hablamos, por ejemplo, de consumo eléctrico cuando el iMac (ordenador de sobremesa) se encuentra en suspensión, la mejora respecto al primer ordenador que se lanzó en 1988, es de un 97%.
El diseñador trabaja desde el primer concepto en el proceso de su desarrollo, y llega hasta que se evalúa el producto final. En todas las fases del proceso debe estar presente la sostenibilidad.
Ahora que hemos hablado un poco del contexto y de la importancia del diseño sostenible, es el momento de analizar cuáles son los principios fundamentales que lo sustentan.
Para que se considere como tal, hay que cuestionarse cuáles son las etapas del proceso creativo.
La forma del producto permite su correcta visualización, y, por lo general, se percibe como el elemento básico del diseño. Sin embargo, antes de comenzar a trabajar el diseñador deberá cuestionarse la forma en la que consumirá energía, cómo influirá el tamaño a la hora de embalar, o qué emisiones de combustible tendrá.
Este es otro de los principios del diseño sostenible. Estos dos conceptos, la funcionalidad y la usabilidad, contribuyen de manera indirecta a la sostenibilidad del producto. La razón es que ayudan a que los usuarios puedan utilizarlo más rápida y fácilmente sin necesidad de gastar tanta energía.
Hoy en día, uno de los principales problemas que tienen los productos sostenibles es que su precio es mayor que el de otros que no lo son. Es por eso por lo que un principio básico es el diseño y la creación de productos que sean rentables a los usuarios, y, por tanto, competitivos.
Para conseguir que el diseño sostenible sea realmente efectivo, los diseñadores deben dejar en segundo plano la energía tradicional para encontrar nuevas formas de construir, como las energías renovables.
Al igual que ocurre con la energía, los materiales tienen un papel fundamental en el diseño sostenible, ya que todo diseñador debe buscar materiales que se puedan reciclar fácilmente o que el planeta pueda generar en un corto espacio de tiempo. Por ejemplo, IKEA utiliza maderas mixtas y materiales innovadores para reemplazar las variedades tradicionales de madera que pueden tardar mucho en crecer en los bosques. Los materiales reciclados también pueden ayudar a reducir el precio del producto.
Para lograr una tasa de cero residuos, los productos deben ser lo bastante duraderos y resistentes como para poder utilizarlos durante mucho tiempo, y que, en el momento en el que ya no sean útiles, se puedan reciclar o transformar en un producto nuevo. Esto puede contribuir a que los productos y los materiales se reciclen, dependiendo menos de la generación de los recursos naturales.
La evaluación y la mejora son partes imprescindibles de cualquier proceso de diseño. Sin embargo, tienen aún más importancia para evaluar las iniciativas sostenibles y mejorarlas lo suficiente como para lograr la misma, o mejor calidad, que tienen los productos ya existentes.
Los principios anteriores son algunas consideraciones generales en las que los diseñadores se basan para usar el diseño sostenible. En general, estos tienen en cuenta el medio ambiente, a las personas, la economía y la cultura. Cada diseño de producto o servicio debe considerar estos cuatro factores. Por ejemplo, los materiales usados en los productos deben reflejar la preocupación por la seguridad del consumidor, y adaptarse en todo momento al contexto cultural en el que se utilizarán.
Para atraer a los consumidores y lograr que utilicen un producto sostenible, también deben abordarse las necesidades del cliente, y competir en precio con otros productos en el mercado