Por ello, la desigualdad es recogida como el ODS 10 o Objetivo del Desarrollo Sostenible número 10. Esta medida plantea ideas y soluciones para reducir las desigualdades y mejorar el bienestar en el mundo. En la Universitat Carlemany valoramos la mejora de la sociedad y el mundo, por ello tratamos y estudiamos los diferentes Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre ellos el de reducir las desigualdades.
La desigualdad abarca un gran campo, pero podríamos decir que el ODS 10 mejora la inclusión social, económica y política de toda persona. Independientemente de su sexo, edad, religión, origen, discapacidad, etnia, salud física y mental, situación económica u otra condición. Sabiendo esto, también se extiende en la intención de asegurar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad eliminando políticas, leyes y prácticas discriminatorias. Así como la promoción de políticas, leyes y propuestas que ayuden a mejorar la igualdad de la sociedad.
La urgencia de atender a la desigualdad es porque la brecha entre los diferentes países del mundo ha ido aumentando. Aunque el 40% más pobre de los habitantes de la mayoría de países han logrado mejorar sus condiciones. La realidad es que el 10% de la población con mayor riqueza reúne cerca del 40% de ingresos mundiales en total. Incluso hay informes que sugieren que el 80% de la riqueza en 2017 fue dirigido al 1% de la población más privilegiada. Mientras que el 50% más pobre no recibió ningún beneficio.
La desigualdad que existe dentro de los propios países y entre estos, es un motivo de gran preocupación. Aunque existen indicios de mejoras antes de 2019, con la Covid-19 se han incrementado las desigualdades afectando negativamente a las comunidades más vulnerables. Esto ha conllevado a que haya aumentado el desempleo y se hayan recortado los ingresos de los trabajadores de forma significativa.
Además, según la ONU, la Covid-19 ha puesto en riesgo los pocos avances que se habían conseguido en las últimas décadas en términos de igualdad de género y derechos de las mujeres. Desde la economía, la salud, la seguridad y la protección social, los efectos de la pandemia han agravado la situación de mujeres y niñas. Y no es lo único a lo que se ha de mostrar atención y dar la voz de alarma.
También se ha visto una mayor decadencia en poblaciones vulnerables de países con un sistema sanitario deficiente y con evidentes crisis humanitarias. Según el Informe que nos habla de los Objetivos del Desarrollo Sostenible de 2020 de la ONU, nos recalca que más de mil millones de residentes en barrios marginales alrededor del mundo se encuentran en situación de riesgo debido a los efectos de la Covid-19, como es la falta de una vivienda digna y agua corriente en las casas, así como la escasez y la ausencia de sistemas de gestión de residuos, saturación de los transportes públicos y un acceso limitado a instalaciones sanitarias.
De igual modo, grupos sociales como los migrantes, refugiados, pueblos indígenas, ancianos, discapacitados y niños están en grave situación de ser excluidos.
Ante estas problemáticas, es necesario fomentar la inclusión de personas y, para conseguirlo, el ODS 10 forma parte de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible. Estos fueron propuestos por la ONU y aprobados en 2015 durante la Cumbre del Desarrollo Sostenible y donde también se aprobó la conocida Agenda 2030.
Para entender la envergadura de la necesidad de crear este ODS y reducir las desigualdades, vamos a presentar algunos datos de interés:
En 2016, cerca del 64% de los productos que se obtuvieron en países en desarrollo, fueron exportados a los mercados mundiales con unos aranceles nulos y un aumento del 20% desde el año 2010. Esto provoca un mayor empobrecimiento de estos países.
Existe evidencia que el 20% de niños en países de desarrollo tienen 3 veces más probabilidad de morir antes de cumplir los 5 años que el resto de grupos de niños que viven en una mejor situación.
La protección social ha aumentado en todo el mundo, pero los discapacitados tienen hasta 5 veces más probabilidad de sufrir mayores gastos en salud y que suponen un mayor empobrecimiento.
Aunque ha descendido la mortalidad materna, la mayoría de países en desarrollo cuentan con mujeres en zonas rurales que tienen más probabilidad de morir durante en el parto que aquellas otras mujeres que viven en poblaciones urbanas o ciudades.
Cerca del 30% de la desigualdad se produce dentro del propio hogar, donde los hombres siguen generando mayores ingresos que las mujeres al ser mejor pagados por su trabajo. Además, las mujeres poseen más probabilidades que los hombres de vivir por debajo del 50% de ingresos medios.
Sabiendo estos datos generales, el ODS 10 quiere reducir la desigualdad de ingresos y aumentar las probabilidades dentro de los propios países. Esto se puede conseguir reduciendo la pobreza en zonas más desfavorecidas del planeta y promoviendo la inclusión de todas las personas (incluidos grupos vulnerables). Sin olvidar el impulso de políticas internacionales para mejorar la regularización y control de mercados e instituciones financieras. Y, por supuesto, animar a la cooperación para el desarrollo e inversión extranjera en regiones más vulnerables y necesitadas.
Organismos como las empresas tienen aquí un papel importante para conseguir este objetivo. Ya sea dando condiciones laborales dignas a lo largo de su cadena de valor, ayudando a grupos desfavorecidos y redistribuyendo equitativamente los salarios entre empleados. De igual modo, ayuda a crear mecanismos para evitar la evasión fiscal y contribuir a proyectos de desarrollo.
Las metas que fueron recogidas en la ODS 10 y que se llevarían a cabo para la Agenda 2030 fueron:
En la Universitat Carlemany somos conscientes de la importancia de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, especialmente de los que buscan mejorar la situación de la desigualdad social. Reducir las desigualdades es un paso previo para conseguir una sociedad y un mundo mejor. Por ello, la sostenibilidad y los ODS forman parte del ADN y de la estrategia de la Universitat para, en la medida de lo posible, poder aportar nuestro granito de arena.