No cabe duda de que el ODS 3 (Objetivo Desarrollo Sostenible nº3) es una solución, y está progresando en cuanto a la salud y bienestar alrededor de todo el mundo. Se intenta reducir la mortalidad de la población más vulnerable, como es el caso de los niños y las mujeres. Así como mejorar la salud y el bienestar de toda la sociedad.
A lo largo de los últimos años, se han realizado grandes progresos en lo que respecta a la mejora del estado de salud de millones de personas. Los datos lo confirman: la tasa de mortandad general se ha visto reducida, y también la de menores de 5 años, respecto a años anteriores.
Sin embargo, no hay que olvidar que cerca de 300.000 mujeres fallecieron en 2017 a causa de complicaciones en el embarazo y el parto.
La esperanza de vida mundial prosigue su aumento, y la lucha contra enfermedades de tipo infeccioso como el VIH ha mejorado de forma sostenida. Aunque el progreso ha sido menor en otras enfermedades como la tuberculosis o el paludismo.
En este post te vamos a mostrar todo lo que necesitas saber sobre el ODS 3, y sus implicaciones para la mejora de la salud y el bienestar poblacional mundial.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son el eje central de la Agenda 2030, donde se muestra una mirada integral, indivisible y de colaboración internacional. Es decir, construir una visión de futuro deseable que queremos.
A lo largo de 17 ODS con un total de 169 metas y 231 indicadores, los Estados miembros de la ONU (Naciones Unidas) han apoyado firmemente que están de acuerdo con esta agenda que se muestra universal y transformadora. Con esta agenda, los Estados se alejan de los paradigmas donde unos países donaban mientras otros tantos recibían ayuda. Ahora, lo que se busca es expresar el principio de responsabilidad común y construir una alianza real para el desarrollo, donde todos los países son participantes.
A partir del 2000, se han conseguido grandes avances relacionados con la salud. Sin embargo, para conseguir las metas propuestas con esta iniciativa, se necesita ampliar y acelerar el progreso, sobre todo en regiones con más índice de enfermedad. Entre sus frentes está reducir la mortalidad de menores de 5 años, embarazos no deseados entre adolescentes, sin olvidar infecciones provocadas por la falta de higiene y sanidad. Sin dejar de lado las muertes prematuras por enfermedades no transmisibles, trastornos mentales, consumo de alcohol y tabaco, y la contaminación (ambiental y de interiores). Por lo tanto, es necesario una financiación, y el fortalecimiento de los sistemas de salud para lograr el ODS 3.
Para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible es esencial garantizar una vida saludable y mejorar el bienestar de todas las personas a lo largo de su vida. Actualmente se han logrado grandes progresos vinculados con el aumento de la esperanza de vida y la reducción de las causas de muerte comunes. Todas vinculadas a la mortalidad materna e infantil, así como la reducción de enfermedades como la tuberculosis, la malaria, la poliomielitis, el VIH y cualquier enfermedad transmitida por el agua. Sin embargo, todavía sigue habiendo desafíos en cuanto a la cobertura sanitaria universal y de calidad para todo el mundo. Así como la erradicación de una gran diversidad de enfermedades y cuestiones vinculadas a la salud.
La salud no consiste solo en ofrecer servicios médicos y clínicos, sino también en incluir directivas sanitarias con medidas políticas. Muchos gobiernos locales están creando acciones para aumentar la sensibilización sobre prevención y promoción de estilos de vida saludables. Sin olvidar la mejora de servicios de salud básicos, gestión de residuos, higiene y cadena alimentaria, agua y sanitización. Y otras tantas acciones para mejorar la situación de la salud, y un modelo integrado entre sectores diferentes.
El ODS 3 cuenta con un grupo de propósitos que son:
Todavía queda mucho camino para conseguir los objetivos planteados para el ODS 3. Para comenzar, es obligatorio mejorar el saneamiento y condiciones higiénicas en zonas donde es más necesaria esta tarea, así como garantizar el acceso universal a cualquier tipo de servicio médico. Todo esto, concentrando un mayor esfuerzo en la salud sexual y la atención en la etapa prenatal en la mujer. De igual modo, es imperante mejorar la calidad en la alimentación y disminuir toda contaminación ambiental a nivel mundial.
Asimismo, se ha de hacer hincapié en la investigación, desarrollo y fabricación de todo tipo de vacunas y medicamentos destinados a enfermedades no erradicadas que, todavía hoy, afectan a los países más pobres. Es más, se cree que la inversión de millones de dólares aumentaría el acceso a las vacunas como las de la gripe, la neumonía y otras enfermedades de índole contagioso. Estas vacunas podrían salvar a más de un millón de niños y niñas al año.
Igualmente, si se espera conseguir este objetivo para 2030, se ha de incidir en el problema desde sus orígenes, reduciendo la falta de formación y la pobreza que provocan la propagación de enfermedades y unos malos hábitos de salud. Es decir, se ha comprobado que los menores de 5 años de familias empobrecidas tienen dos veces más probabilidad de morir que si poseyeran mayores recursos.
En definitiva, es importante considerar las dimensiones del bienestar actual de personas (ingresos, vivienda, salud, educación, relaciones sociales y la seguridad, hasta el bienestar subjetivo). Y también tomar en consideración los recursos naturales, humanos, sociales y económicos necesarios para conseguir la sostenibilidad en el bienestar a largo plazo.
En América Latina y el Caribe, por ejemplo, se necesitan mayores esfuerzos para conseguir una cobertura sanitaria universal de calidad, y una financiación de la salud más sostenible.
Nos referimos a hacer frente a enfermedades no transmisibles, incluida la salud mental, e investigar la resistencia a los antimicrobianos y factores ambientales. Estos afectan notablemente a una salud deficiente (contaminación del aire, falta de agua, nefasto saneamiento del agua). Todavía sigue siendo necesario acelerar el esfuerzo para conseguir llegar a los que todavía no reciben tratamiento contra el VIH. Gran parte, debido a que no se les ha detectado la infección, así como la estigmatización y discriminación que sufren los que sí están diagnosticados.
Por lo tanto, tratar las enfermedades es algo esencial, junto con el incremento de la esperanza de vida. Ya sea en personas adultas, como las que están en etapas previas del ciclo vital. Por lo que se recomienda realizar una presión adicional, y mejorar los sistemas de salud y seguridad social.
En la Universitat Carlemany estamos comprometidos con los Objetivos del Desarrollo Sostenible, sobre todo con el tercero de estos objetivos. Este objetivo está vinculado estrechamente con la salud y el bienestar de toda la sociedad mundial y a nivel universal. Después de todo, garantizar una vida sana y promover el bienestar de toda la población y en todas las edades, es crucial para construir unas sociedades más prósperas.