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Consejos para una correcta planificación de dietas

10 de noviembre de 2021Universitat CarlemanySalud y BienestarActualización : 21 de julio de 2023
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Una alimentación saludable es imprescindible por varios motivos. Así, las personas con estudios en Nutrición han de conocer cómo realizar una planificación de comidas semanales. ¡Toma nota!

Consejos para una planificación de comidas semanales

Lo primero que hay que recordar es que cada persona tiene unas necesidades de nutrición propias. En consecuencia, conviene que tengas presente esta cuestión cuando se quiere diseñar una dieta.

El diseño de una dieta es sumamente importante a la hora de tomar decisiones. No en vano, son muchas las cuestiones posibles y deberías tenerlas en cuenta. Al final, de lo que se trata es de poder diseñar una pauta que se cumpla y que alcance sus objetivos.

Otro aspecto que hay que recordar es que los fines de una planificación alimenticia pueden ser diversos. En algunos casos se busca adelgazar, mientras que en otros mejorar masa muscular o ayudar a la cura de una dolencia. Sea como fuere, la pauta se tendrá que adaptar a esas metas.

Dicho esto, sí que existen unas líneas de base generales si quieres realizar una planificación de comidas semanales. Son las siguientes:

  1. Comprobar cuáles son las necesidades nutricionales

Como principio general, hay que revisar cuáles son las necesidades nutricionales del grupo poblacional. Si bien es cierto que hay unas recomendaciones genéricas, también lo es que cada colectividad es un mundo.

Por ejemplo, los niños y los ancianos han de guardar especial hincapié en ingerir calcio. Y es que sus necesidades de este mineral son mayores que las de otros colectivos, para mantener la densidad ósea. Por otro lado, cuando una persona se dedica a determinadas actividades, necesita un mayor aporte proteico. Esto supone que se tendrá que adaptar la dieta a la idiosincrasia de las personas o grupos.

Sea como fuere, una dieta normal para una persona adulta debería ser rica en vitaminas, hidratos de carbono, proteínas, minerales y baja en grasas. También es importante señalar en qué momento del día hay que priorizar determinados nutrientes.

  1. Tener en cuenta las alergias o limitaciones culturales

Hay que señalar que la planificación de la dieta ha de tener en cuenta las alergias o limitaciones culturales. Esto es relevante para evitar problemas.

Las alergias son un aspecto vital, porque algunas personas tienen intolerancias alimenticias. Por ejemplo, si alguien es intolerante a la lactosa, habría que buscar alguna alternativa. En el caso de una persona intolerante a las frutas tropicales, convendría buscar otras opciones. Por lo general, suele haber soluciones ante las intolerancias alimentarias, pero vale la pena atender cada caso con detenimiento.

Otro aspecto a destacar es que hay limitaciones culturales en algunos casos. Por ejemplo, en India una gran parte de la población no come carne de vacuno por cuestiones religiosas. Y, en el Islam, no se consume carne de cerdo. A esto hay que añadir la concienciación de algunos colectivos con el bienestar animal o la sostenibilidad medioambiental, que los lleva a no consumir ningún producto de origen animal.

En consecuencia, estas cuestiones son fundamentales a la hora de planificar la dieta. Al final, este tipo de limitaciones se deben tener en cuenta.

  1. Establecer qué alimentos se van a ingerir

Una vez que se tengan claros los conceptos, hay que decidir qué alimentos se ingieren para que la dieta sea equilibrada u obedezca a un objetivo a largo plazo.

Conviene señalar, no obstante, que el gusto puede influir también en las decisiones. Por lo tanto, no estará de más que consideres este punto para tomarlas. Lo habitual, si no hay problemas de alergias ni ninguna otra limitación, es que se ingieran legumbres, verduras, frutas, pasta, carne y pescado; los lácteos también se pueden incorporar. En cuanto a la proporción, variará según el colectivo.

Cuando tengas señalizados los alimentos que se van a ingerir, entonces se puede realizar la distribución. Cabe mencionar que existen circunstancias como la disponibilidad que pueden influir en el reparto; no hay excesivo problema si se cumplen las necesidades mínimas.

  1. Decidir un reparto para toda la semana

El paso de decidir el reparto semanal, o de realizar el cuadrante, es fundamental. Sin embargo, has de conocer las distintas posibilidades existentes.

Lo ideal es que establezcas una pauta diaria de comida, merienda y cena, comprobando que, al cabo de la semana, la distribución de los alimentos que se ingieren es la adecuada. Por otra parte, y según el caso, puedes incluir algún tentempié en la comida o la cena. Esto servirá para realizar una planificación de comidas semanales consistente y útil. Hay que pensar que esta pauta servirá para conocer de antemano qué se puede cocinar, y de qué forma.

Otro elemento que has de valorar es que esta pauta tenga una cierta flexibilidad. Es decir, lo ideal sería que hubiese dos o tres opciones para elegir en cada comida, siempre que se respete la proporción de nutrientes adecuada. Por ejemplo, si un día se tiene que comer carne blanca, se puede elegir entre conejo o pollo; lo mismo sucedería si tocasen manzanas o peras, siempre que no haya problemas.

Los cambios solo se tienen que aplicar si es necesario, o si el objetivo final ha variado. En ese caso, convendrá que lo tengas presente para reorientar la cuestión en función de lo que deseas.

  1. Asegurarse de que se cumplen las pautas

Los objetivos de la alimentación o de la dieta se establecen previamente. Por lo tanto, llegará el punto en el que tendrás que asegurarte de que se ha cumplido la pauta.

En este caso, lo ideal es que tomes como referencia un peso o unos valores orgánicos, y que los compruebes en el día a día. Esto, a la larga, será relevante para comprobar que, efectivamente, lo que te propones se está consiguiendo.

Pese a todo, es posible que haya que hacer algunas rectificaciones sobre la marcha. Eso no es malo si tenemos identificado el problema, y dónde queremos realizar las modificaciones.

Conclusión

La planificación de comidas semanales es una cuestión clave para una alimentación saludable. Además, es útil para organizar la dieta a individuos, pero también a colectividades o grupos de población. En consecuencia, conocer los pasos y cómo gestionarlos ayudará, y mucho.