Pero no basta con la traducción del concepto. La clave estriba en conocer de qué manera puede aportar beneficios online. A continuación, te contamos más información sobre los KPI. Presta atención.
Por lo que respecta al contenido de las siglas, es preciso remarcar que hacen referencia a unas métricas que se utilizan en el ámbito del marketing online para comprobar la efectividad que están teniendo las acciones que se aplican en el marco de la implementación de mejoras concretas en un sitio web o la aplicación de campañas específicas, incluso dentro de la omnicanalidad.
Los KPI pueden ser empleados en todo tipo de negocios, pero, por las facilidades de medición que proporcionan las nuevas tecnologías, adquieren un rol más relevante en las aplicaciones en línea. A grandes rasgos, aportan información de valor que posibilita la medición de variables y la obtención de resultados.
A partir de los análisis de estos datos, es posible constatar los efectos de ciertas estrategias y tareas que fueron llevadas a cabo. De este modo, se pueden establecer comparaciones para decantarse por las medidas y los programas que se consideren más acertados.
La medición más rápida y potente que favorecen las nuevas tecnologías de análisis masivo de datos, como el Big Data, supone una ventaja notable frente a las técnicas de cuantificación offline. Sin embargo, no se debe improvisar a la hora de escoger los KPI que necesitarás en cada supuesto.
Lo primero que tienes que valorar es que los datos a analizar sean objetivos, medibles y relevantes. A partir de esta decisión fundamental para localizarlos, será viable aplicar las herramientas analíticas precisas que proporcionen una visión de conjunto informativa. Los informes sintéticos que ofrezcan las métricas, las estadísticas y los gráficos que se obtengan facilitarán la constatación de los puntos débiles y fuertes de las estrategias implementadas, así como la elección de nuevas y mejoradas iniciativas.
Por otro lado, un Indicador Clave de Rendimiento se tiene que adecuar a la estrategia de mejora que se persigue. En este sentido, hay que definir correctamente en qué formatos y unidades se deben medir los rendimientos a incrementar. Por lo tanto, partimos de cuantificaciones realistas respecto a lo que, objetivamente, se considera el resultado óptimo de una campaña de marketing online.
Además de las características que te hemos comentado, es primordial que los KPI, aparte de concisos, sean continuos y periódicos. De este modo, van a poder ser comparados en perspectivas sincrónicas y diacrónicas.
Por otra parte, es importante detectar qué KPI hay que utilizar, pero también tener claro cuáles deben ser desechados, puesto que solo aportan distorsión y trabajo improductivo. Por ejemplo, si quieres conocer las interacciones en una red social no necesitarás saber la tasa de rebote en la web.
Los datos obtenidos deben ser estructurados y presentados de una manera comprensible para sacar conclusiones. Primeramente, mediante criterios objetivos y de utilidad; y, finalmente, con formatos, como las tablas o los gráficos, que faciliten una interpretación sencilla.
Estos análisis deben incardinarse en programas de estudio y de posterior actuación. Nos referimos a que es necesaria una periodificación para contemplar sus novedades y los avances en el medio plazo, puesto que pueden y deben ser objeto de reformulaciones dinámicas.
En cuanto a la adecuación a cada campaña de marketing online, se debe remarcar la existencia de distintos tipos de KPI. En las siguientes líneas, te presentamos los más significativos. Toma nota.
En el marco del marketing online, existen una serie de KPI que se adaptan habitualmente a cualquier estrategia web. Son estos:
KPI de ventas y clientes. La cantidad de conversiones y la ratio de clics en los anuncios.
Contenidos. Qué contenidos son los más leídos de una página, la tasa de rebote, los visitantes únicos y la cantidad de páginas en las que entran, los dispositivos desde los que acceden, etc. Asimismo, es posible comprobar el engagement mediante los patrones de clics y el porcentaje de rebote. Finalmente, el estado de las interacciones se constata a partir de los comentarios, las citas y las comparticiones.
Email marketing. Se valoran los correos que se abren, los clics y las bajas de suscriptores en las campañas.
El análisis web es adecuado, por ejemplo, para evaluar el posicionamiento orgánico de una página y sus posibilidades de mejora. Estas herramientas serán de gran ayuda:
Los nuevos usuarios y su porcentaje y las sesiones y las páginas por sesión son sus KPI más representativos.
La reputación respecto a los buscadores (PA, DA y Spam Score).
La calidad (desde qué medios), la clase (entrantes y salientes o follow y nofollow) y la cantidad de los enlaces hacia el sitio.
Tipos, duración y procedencia de los visitantes.
Palabras clave mediante las que te encuentra el target.
Qué posiciones ocupan estas keywords en los principales motores de búsqueda.
Un social media marketing efectivo va asociado a medir su impacto en tiempo real. Para evaluar la repercusión de sus acciones y cómo introducir cambios, hay que contrastar las interacciones en función de las publicaciones.
Su cuantificación dependerá de las menciones, los seguidores, los comentarios, las veces que se ha compartido y los suscriptores. Eso sí, no olvides que cada red social tiene sus indicadores particulares para medir el engagement y el impacto. Según el canal que estés empleando, te puede interesar más aumentar tus fans o las interacciones.
En la Universitat Carlemany somos sensibles ante la creciente importancia, en la administración de empresas, de las nuevas tecnologías. Por eso, incluimos el estudio de los KPI en su Bachelor online.
En definitiva, ahora que ya tienes claro qué es un KPI, es el momento de que aprendas a aplicarlo. De este modo, podrás aprovechar al máximo el potencial del marketing online en el mundo empresarial.