También, se interrelaciona con otras ciencias como la Biología, la Geografía y las Ciencias de la Tierra que, a su vez, crean ramas que permiten estudiar y conocer cómo funciona el medio ambiente, y cómo los seres vivos dependen de él.
En este artículo te vamos a señalar la ecología, su importancia, y qué materias existen en esta disciplina científica. En la Universitat Carlemany nos preocupa la ecología; por este motivo, la hemos incluído en nuestro Bachelor en Ciencias Ambientales.
Teniendo en cuenta su ámbito de estudio, la ecología se encarga de estudiar los organismos vivos, compararlos y relacionarlos, teniendo en cuenta su entorno natural. Uno de sus objetivos es estudiar la variación, distribución y abundancia de organismos y sus relaciones entre ellos; ya sea de colaboración, competencia o entre ecosistemas. De este modo, la ecología ayuda a comprender la evolución y la vida en el planeta, así como cooperar en la conservación y bienestar del ser humano como especie.
Dentro del campo de la ecología se pueden tratar varios niveles, desde lo más individual de cada organismo hasta el estudio de ecosistemas o la biosfera, pasando por tratar espacios como la población y comunidad.
Ahora que sabemos en qué consiste la ecología, vamos a comentar las ramas de la ecología más comunes:
Se encarga de estudiar la organización de los seres biológicos, y de analizar las diferentes órdenes en que se clasifican los seres vivos, desde el más básico -como los átomos- hasta la biosfera, de mayor nivel.
Realiza los estudios en organismos de manera individual, y los compara con otros seres vivos para determinar sus semejanzas y diferencias. Además, analiza rasgos vitales de las especies, sistemas reproductivos, procesos alimenticios y otros sistemas.
La ecología poblacional analiza la población de una determinada especie, su ciclo vital, conducta y relaciones con otras especies. Además, estudia el comportamiento de varias especies que viven en un mismo entorno o hábitat.
Específicamente, trata de variables como la emigración, nacimientos, inmigración y defunciones.
Se centra en el conjunto de especies, y sus interrelaciones dentro de un mismo entorno. Por ejemplo, la dinámica depredador-presa y de competición, dentro de un mismo ecosistema.
Es la encargada de valorar las interacciones que hay entre las diferentes especies y el ecosistema donde viven, así como los biotipos. Mide los flujos de elementos que existen en la naturaleza como el hierro, el fósforo o el magnesio, y que ayudan a hacer crecer o descomponer las especies del ecosistema.
Aquí se estudia la conducta de los organismos dentro de su hábitat, como son las características conductuales de camuflaje, caza, descanso, y otras actividades diarias. Dentro de esta rama podemos ver:
Ecología cognitiva. Evalúa la forma en la que una especie percibe su entorno y cómo el medioambiente influye en su comportamiento o conducta.
Ecología social. Estudia las especies eusociales, esto es, que forman sociedades complejas donde cada individuo desempeña una función concreta, como son los humanos, las hormigas o las abejas, por ejemplo.
Coevolución. Consiste en evaluar la interacción entre dos especies asociadas entre sí por un bien recíproco. Un ejemplo son las bacterias del sistema digestivo.
Esta rama utiliza los avances realizados en el campo de la ciencia, destinados a la genética o la biología molecular, para saber cómo se relacionan con el medio ambiente.
Los paisajes son fundamentales en la naturaleza, pero debemos saber que son temporales y que están sujetos a la flora y fauna de la zona donde se sitúa. Además, pueden ser intervenidos por elementos externos, sean o no naturales.
Los seres humanos somos susceptibles de ser estudiados también por la ecología, y es ahí donde se pretende comprender los patrones de conducta en las zonas donde vivimos. No solo entran aspectos biológicos, sino también sociales.
De acuerdo con la el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, realizar el estudio de la ecología es importante por los siguientes motivos:
Nos ayuda a conocer el mundo que nos rodea y cómo funciona.
Enriquece el mundo y es esencial para el bienestar y prosperidad del ser humano.
Proporciona conocimientos entre la vinculación del ser humano con la naturaleza.
Equilibra la biodiversidad ante un clima cambiante.
Para comprender la ecología y su vinculación con el medio ambiente, debemos saber que este último está compuesto por factores bióticos (seres vivos) y abióticos (sin vida). A raíz de la conciencia generada sobre las consecuencias de los cambios del medio ambiente por la contaminación, la ecología se ha ido incorporando dentro de las agendas políticas de los estados.
Para mantener el equilibrio en el planeta, es esencial que se lleven a cabo cambios positivos en cuanto a la relación del ser humano con el ecosistema que lo rodea.
Este es el principal eje de grupos internacionales y ONG ecologistas que defienden acciones directas para proteger el medio ambiente, y los tratados internacionales que firman los estados para conseguir una industria más eficiente.
Ser ecológicos y cuidar del medio ambiente tiene que partir de políticas públicas con leyes y normas, pero también es una tarea de las personas particulares, empresas y organismos.
Un ejemplo es la ecología humana, donde se estudia a las personas y su relación con el medio ambiente; otro sería la ecología de humedales, se centra en la cadena alimentaria dentro de este tipo de áreas; o la ecología de construcción de nichos, que analiza cómo se comportan organismos pequeños con su hábitat.