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El concepto de sostenibilidad ambiental que utilizamos en el presente artículo, y que responde a lo que el término significa originariamente, es el siguiente: equilibrio medioambiental, económico y social que garantice la continuidad en el futuro de una sociedad dada. O, a nivel global, de la vida, humana y no humana, en el planeta.
El motivo por el que este término se usa de manera demasiado amplia e incorrecta es, de hecho, positivo: ha aumentado la preocupación por el cambio climático. Algo que pone de manifiesto nuestra evolución como sociedad. Esta nueva relevancia de las preocupaciones ecológicas se refleja en más noticias relacionadas con este tema en medios de comunicación y más presencia de las mismas en medios sociales.
Si bien la popularización de la preocupación por el medioambiente es algo bueno, y de hecho ha llevado a un aumento del gasto en protección del mismo, como establece esta encuesta del INE, también conlleva algunas desventajas. Por ejemplo, la deformación de la terminología.
Debemos recordar en todo momento el significado correcto de los términos que usamos, para que el trabajo que realizamos no se desvirtúe.
De la definición de sostenibilidad ambiental que hemos dado más arriba se deduce que, más que algo cierto, la misma es un concepto programático que trata de dar forma a un conjunto de acciones o consideraciones a tener en cuenta a la hora de vivir. Donde la palabra «vivir» tiene significados diferentes a distintos niveles. Así, la ciudadanía acarrea su propia responsabilidad en cuento a sostenibilidad, pero gobiernos, empresas, asociaciones, etc., tienen las suyas. Por tanto, que cada una de ellas actúe según estándares de sostenibilidad ambiental supone:
La inversión en sostenibilidad ambiental se traduce en una inversión en futuro. Pero no solo en el futuro del planeta, sino también en el de sus habitantes, tanto humanos, como no humanos. Recordemos que la sostenibilidad se refiere tanto al medio ambiente como a la economía y la sociedad.
Para llevar a cabo cualquier actividad, personal o empresarial, de acuerdo con los principios de la sostenibilidad ambiental, es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos, que se beneficiarán de un proceso de toma de decisiones basado en dichos principios.
El modo actual de vida de la mayor parte de nosotros se basa en una carga excesiva impuesta sobre el planeta y sus recursos. En la actualidad, consumimos y desechamos más rápido de lo que la naturaleza es capaz de recuperarse. El desarrollo sostenible implica mantener esa carga por debajo del límite de recuperación del planeta. Esto garantiza que la naturaleza pueda asumir nuestro impacto. Así se declaró en la Cumbre de Río de 1992.
La tendencia actual es la globalización, pero la sostenibilidad ambiental requiere que se tenga en cuenta el hecho de que todas las actividades se realizan en un territorio determinado, y que forman parte del sistema imperante en dicho territorio. Sistema que cuenta con sus propios recursos y características. La planificación de la actividad debe llevarse a cabo teniendo en cuenta dichas particularidades.
Por eso, una de las bases del desarrollo sostenible es la ordenación del territorio. Algo que se refleja, entre otros, en la Estrategia Territorial Europea, que busca un desarrollo equilibrado y sostenible de la Unión Europea.
Lo que se persigue, en líneas generales, es que el modelo de desarrollo no exija la creación de infraestructuras sobredimensionadas.
En la actualidad, las empresas modifican el comportamiento de los consumidores mediante campañas de marketing que incentivan la demanda de productos de manera artificial. La sostenibilidad ambiental exige que las empresas cambien el enfoque para satisfacer la demanda real existente, lo que redundará en un uso más razonable de los recursos y en la generación de menos residuos.
Se trata de reducir el consumo y no de aumentar la producción.
Evitar, y no solo paliar, el cambio climático es una de las claves de la sostenibilidad ambiental. De hecho, este aspecto es tan importante, que muchas personas confunden el trabajo por la sostenibilidad con la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, esta última es solo una parte de aquella, como demuestran los diferentes elementos tratados hasta el momento.
Gobiernos y empresas son los principales actores en este escenario del que, no obstante, no desaparece la responsabilidad individual.
Dentro de las acciones a realizar para la prevención del cambio climático como parte de una estrategia de sostenibilidad ambiental, está el cambio de paradigma en la relación del ser humano con el planeta. Si hasta ahora hemos explotado el planeta como un producto que nos perteneciera, es el momento de portarnos según una realidad evidente: la Tierra es un sitio al que pertenecemos, y nuestra supervivencia depende de nuestra capacidad para conservarlo.