Profesionalizar la planificación y gestión de las ciudades inteligentes es necesario para no cometer los mismos errores de improvisación que lastran el buen funcionamiento de las ciudades tradicionales. En ellas, la edificación y el crecimiento se dieron de manera natural, a medida que surgían las necesidades de los ciudadanos.
A continuación, te explicamos las principales características de las smart cities.
El concepto de ciudad inteligente surge en la década de los noventa. Fue este un momento clave en el desarrollo de la tecnología de la información, que poco después se haría de uso generalizado.
La ciencia ficción ya había hablado con anterioridad de ciudades donde tecnología y comunicación ofrecían un modo de vida más eficiente al ser humano. Pero no fue hasta los años 90 que lo que hasta entonces se había movido en el ámbito de la fantasía empezó a tomar visos de realidad.
En la actualidad, se considera que las smart cities lo son si cumplen con los siguientes objetivos:
En pocas palabras, las ciudades inteligentes se crean a través de una combinación de creatividad, tecnología y elemento humano con el objetivo de trabajar en la construcción de un mundo más sostenible. Además, de cara a sus habitantes, este tipo de ciudades les ofrece herramientas de uso público para mejorar su calidad de vida.
Para contestar a esta pregunta hay que tener en cuenta varias cuestiones. Por una parte, los movimientos migratorios campo-ciudad que comenzaron a darse en la década de los 50 a nivel mundial y que culminaron en los años 80. En España en concreto, hoy en día, más del 80% de la población vive en ciudades.
Por otra parte, el desarrollo de la tecnología pasó por un punto de inflexión determinante entre los años 90 y la primera década del siglo XXI.
Ambos hechos combinados dan como resultado el nacimiento y desarrollo de las smart cities. Por una parte, el hacinamiento de la población en núcleos urbanos de tamaño tan inabarcable como la megalópolis de Tokio hace imprescindible una nueva forma de pensar las ciudades. Por otra parte, el desarrollo tecnológico que permitiría esa nueva forma de diseñarlas, ya está en nuestras manos.
En la actualidad ya podemos diseñar, construir y gestionar ciudades que den cabida a muchos millones de personas y que les ofrezcan las prestaciones y recursos necesarios para una vida cómoda. Las smart cities buscan la seguridad, la justicia económica y social y una mayor eficiencia. Y todo ello es viable gracias a la tecnología.
Quizá lo que mejor defina a las ciudades inteligentes es su objetivo último, que no es otro que generar valor añadido para sus habitantes. Una ciudad tradicional ofrece vivienda, ocio y servicios (transporte, sanidad, colegios, etc.). Por su parte, las ciudades inteligentes pretenden y consiguen añadir valores a esas infraestructuras básicas. Valores sociales que mejoren la calidad de vida de todos los habitantes. Por ejemplo:
Teniendo en cuenta los principios anteriores, cada ciudad inteligente debería alinear sus proyectos en un mismo sentido, que se convertiría en la directriz maestra de la gestión de la ciudad.
Por el contrario, las smart cities deben prever esas necesidades y cubrirlas antes de que surjan.
Antes de nada, es importante dejar claro que el término competitividad en este contexto tiene más que ver con la utilidad y buen funcionamiento de la propia ciudad que con la competición de unas ciudades inteligentes con otras.
En este sentido, los objetivos que cualquier smart city debe contemplar son los siguientes:
En la actualidad existen varios proyectos de ciudades inteligentes, como la de Bill Gates en el desierto de Arizona, la de Google en Toronto, Neom en Arabia Saudí e incluso la Andalucía Smart, auspiciada por la Junta de Andalucía.
El hecho es que las smart cities son una realidad palpable y que ofrecen un modelo de vida en común mejor en todos los sentidos, pero también oportunidades profesionales para aquellas personas que sepan formarse a tiempo y de la manera adecuada. Si eres una de esas personas que cree que un futuro mejor es posible, comprueba nuestra oferta formativa. No te arrepentirás.