Este hecho ha tenido como consecuencia que muchas empresas reconsideren este aspecto a la hora de gestionar sus recursos humanos.
La salud mental es una cuestión que no siempre es tenida en cuenta por las empresas para planificar y gestionar los equipos de trabajo. De hecho, algunas veces los problemas de salud mental en el empleo son obviados o, por el contrario, tratados de manera inadecuada. Sin embargo, la la salud mental es imprescindible para poder desarrollar de forma eficiente cualquier proyecto empresarial.
La realidad es que, en las sociedades actuales, son muchos los factores que inciden en nuestra salud mental y el empleo. Algunos de ellos son capaces de desencadenar ciertos problemas y trastornos si no son gestionados de manera adecuada.
En la actualidad, algunos de los trastornos mentales que predominan son la ansiedad, la depresión. Este último muchas veces se asocia al entorno laboral y, en concreto, a la incapacidad de la persona trabajadora de abordar y afrontar las situaciones que se le presentan.
Fue en 1960 cuando H. B. Bradley empleó por primera vez como metáfora el término staff burnout. Lo hizo para ejemplificar el fenómeno psicosocial que había investigado y que afectaba a agentes de policía de libertad condicional.
Se trata de un conjunto de cambios en la persona trabajadora que incluye fatiga crónica, pérdida de eficiencia y negación de lo que sucede. La causa es una respuesta prolongada de estrés ante factores estresantes emocionales e interpersonales en el trabajo.
El modo en que vivimos en los países desarrollados ha ido estableciendo patrones y hábitos que no benefician a nuestro bienestar mental.
El ritmo de vida que llevamos y nuestras responsabilidades diarias hacen que haya largos periodos de tiempo en los que no tengamos tiempo de descanso, de desconexión o relax.
No son pocas las personas trabajadoras que pasan sus días contando los que les quedan para disfrutar de sus vacaciones o del fin de semana, y temiendo que llegue el lunes.
El uso de redes sociales en sí no es perjudicial para nuestro bienestar. Lo que sí es perjudicial, es el descuidar otros aspectos de la vida por el uso excesivo de las redes sociales. Este consumo ha sustituido otras actividades que a priori son más saludables, como pasear, charlar con otras personas, leer, etc.
El ritmo acelerado de la vida ha sido identificado por la literatura en psicología pero incluso es un tema habitual de conversación con personas entre amigos y familiares. Por ejemplo, si queremos hacer algún plan fuera de lo habitual solemos escuchar frases como "uff, esta semana la tengo muy ocupada" o "este mes imposible, tenemos todo cubierto".
Las personas también tienden a acortar conversaciones por retos en la gestión del tiempo: muchas personas tienen la impresión de pasarse el día corriendo, de un lugar a otro de manera, casi automática.
Al ritmo acelerado y la falta de tiempo, sumamos la elevada autoexigencia. Nuestra autoestima nos hace sentir que no damos lo suficiente, y pensamos que tenemos que mejorar; esta presión no es sana.
La conciliación supone lograr el equilibrio necesario entre vida familiar y profesional: este es un factor de alto impacto.
Las medidas de conciliación deben suponer no solo disponer de horarios que permitan llevar o recoger a tus hijas e hijos del colegio sino medidas correctamente diseñadas.
En la actualidad se le concede mayor importancia, y se empiezan a aplicar fórmulas efectivas. Aún así, las empresas tienen mucho que avanzar, y sus profesionales también, en cuanto a su implementación real.
Las actividades de autocuidado, debido a lo que ya hemos explicado, suelen ser relegadas a los últimos puestos en cuanto a gestión del tiempo. Se suelen priorizar otras cuestiones que se consideran más necesarias o urgentes.
Es crucial que esto no sea así, ya que el autocuidado garantiza una mejor salud que incide de manera directa en nuestro bienestar.
Todo lo mencionado hasta ahora se ha visto acrecentado e intensificado debido a la situación que la pandemia de la Covid-19 nos ha mostrado de forma contundente.
Hemos necesitado adaptarnos de manera inmediata a condiciones inesperadas y dolorosas, hemos perdido a seres queridos, hemos tenido que modificar nuestras actividades de manera drástica y, a pesar de todo, son muchos meses en los que no acabábamos de ver el final de este túnel.
Por lo tanto, a los estresores que ya sufríamos les hemos añadido otros de mucho peso que aún hoy tratamos de asumir.
Ha sido este cambio drástico y el impacto que ha supuesto el trauma de vivir una pandemia mundial con alto componente de incertidumbre y temor, lo que ha contribuido a que aumentase la demanda de profesionales de la salud mental y el crecimiento de empleos relacionados. Esto ha sucedido, sobre todo, en los países más desarrollados.
Por otra parte, la vivencia ha hecho que muchas personas se replanteen su estilo de vida, costumbres y cuidados, lo que ha derivado en la proliferación de profesionales relacionados con la salud.
En los últimos tiempos hemos presenciado un aumento considerable, tanto en la oferta como la demanda, en diversos ámbitos profesionales en relación con la salud mental, física e integrativa.
Entre ellos destacan:
Desarrollo personal
Psicología
Psiquiatría
Coaching
Deporte
Alimentación y nutrición
En la Universitat Carlemany tenemos presente la realidad que vivimos para adaptar nuestras formaciones y ofrecer contenidos actualizados. El objetivo es ofrecer lo mejor a nuestro alumnado y a la sociedad.Consulta ahora nuestros Programas, y elige cómo vas a contribuir a un futuro más saludable y sostenible contribuyendo como profesional relacionado con la salud mental.