Los diseñadores y diseñadoras cuentan con una idea o un concepto que quieren plasmar a través del diseño, pero no han de comunicarlo de cualquier manera, han de utilizar un lenguaje visual para quien la vea comprenda esa idea sin esfuerzo. ¿Cómo sabe entonces el diseñador o diseñadora, la artista, el cineasta, qué lenguaje visual usar para transmitir sentido a su diseño? De esto, entre otras cosas, se ocupa la semiótica visual, una rama de la semiología muy importante para estudiar unBachelor en Diseño. Te mostramos sus secretos.
Como hemos comentado, la semiótica es una rama de la semiología que se encarga de la interpretación de signos. Dicho de otra forma, es una ciencia que estudia y teoriza sobre los signos, es decir, interpretar o decodificar lo que comunican los signos a través de sus formas. Qué quieren decir los objetos que vemos, e incluso el lenguaje corporal de quienes nos rodean, su vestuario, cómo se definen los espacios que nos rodean, los objetos con los que nos relacionamos en nuestra vida cotidiana, las imágenes que observamos a nuestro alrededor, el cine, las obras de arte…
Se trata de entender cómo se construye el sentido de todo lo que nos rodea. Por todo esto, la semiótica visual desempeña un papel muy importante en el mundo de la comunicación. Su misión final, eso sí, es interpretar lo que todo lo que tenemos alrededor en un momento dado y que se quiere comunicar, y el significado que se le consigna a las cosas, explica la apropiación que hacemos de la realidad.
Según Charles Sanders Peirce (Estados Unidos, 1839-1914), filósofo, lógico y científico, considerado el padre de la semiótica moderna, un signo “es algo que, para alguien, representa o refiere a algo en algún aspecto o carácter”. Es una cualidad material (secuencia de letras, sonido, forma, color, olor) que está en lugar de otra cosa, su objeto, y este despierta un interés en la mente de una persona.
Es interesante estudiar los signos; porque, para Peirce, el hombre es un ser de lenguaje, el lenguaje es la expresión del pensamiento, y el mundo es la construcción simbólica de significados que damos a estos signos que nos rodean.
El espacio es un producto social, construido por y para las personas. Por ello, hacer un estudio semiótico del espacio implica entender el lenguaje de la arquitectura, del entorno urbano, desde lo individual a lo colectivo, fruto de las relaciones que se establecen entre las personas y el entorno.
A través de sus elementos icónicos, se puede comprender el significado que representa para las personas, así como el sentido de pertenencia del lugar. La semiótica espacial estudia los comportamientos sociales, cómo se usan los espacios, qué actividades se producen en él… De este modo, el espacio es valorado por sus usuarios, cómo lo conceptualizan, y le atribuyen características personalizadas al convertirlo en “su lugar”, enfatizando su sentido de pertenencia.
La semántica del producto, del objeto de diseño, se analiza sobre todo a partir de sus funciones simbólicas. El significado que se confiere al objeto es uno de los aspectos más complejos de las funciones comunicativas del objeto, ya que se refiere al significado que produce el objeto en cada una de las personas con las que interactúan.
Los significados simbólicos de los objetos se extraen del contexto sociocultural en cuestión, ya que nos remiten a los entornos en los que percibimos un producto. Los productos se convierten entonces en símbolos interpretados a partir de situaciones históricas y culturales.
Los diseñadores y diseñadoras tienen que emplear un repertorio de signos inteligibles durante el proceso proyectual, con el objetivo de generar significado. El diseño es una disciplina de comunicación, que codifica y decodifica informaciones en forma de signos comunicativos del producto, para que se le atribuyan significaciones y sentido.
El objeto ha de ser un elemento vehicular transmisor de ideología, por lo que es importante diferenciar sus atributos e iconografía al máximo detalle. Desde el diseño, se ha de trabajar intencionalmente el formalismo o sintaxis del producto, el estilismo o semántica del objeto, así como el funcionalismo, lo pragmático, para lograr el equilibrio entre forma, estética y función.
En pocas palabras, lo semántico del producto, como lo resume Krippendorff, “las reglas para el diseño de producto se basan en que un producto se debe explicar lo que es y para qué sirve, debe comunicar cómo debe y puede ser usado”.
La semiótica visual se encarga de la interpretación de todas las imágenes y elementos que vemos. Esto es básico para la comunicación actual, pero también para el diseño, puesto que su misión es hacer saber a quien se encarga de él qué imágenes tiene que elegir para comunicar cada mensaje. Es, por tanto, crucial en áreas como el diseño publicitario. Gracias a esta disciplina, los encargados de comunicar un mensaje cuentan con toda la información que necesitan para plasmarlo en imágenes de manera que el público al que está destinado pueda comprenderlo.
En la imagen publicitaria la significación es intencional, lo que configura el mensaje publicitario son los atributos del producto gráfico, y su significado a ser transmitido con la mayor claridad posible. La imagen publicitaria es sincera, o al menos, enfática, mediante el uso de los distintos lenguajes o mensajes como pueden ser el lingüístico, denotado y connotado.
La semiótica visual nos ofrece todas las herramientas necesarias para que podamos comprender imágenes de todo tipo; desde fotografías hasta ilustraciones y pinturas. De ahí su importancia en todo lo que se apoye en la imagen para comunicar un mensaje, o proporcionar algún tipo de información a quien las vea.
Quizá uno de los ejemplos más perfectos de aplicación de la semiótica visual lo constituyen las señales de tráfico. Por ejemplo, la señal de dirección prohibida. Prácticamente todo tipo de personas, independientemente de su edad, comprenden el significado de dicha señal. Solamente es una señal de color rojo con una barra horizontal gruesa de color blanco en su zona media. Pero comprendemos que quiere decir que no debemos ir en la dirección que indica.
Otro ejemplo de semiótica visual es la señal de salida de un edificio. Muestra una imagen de una persona saliendo de una estancia por una puerta. Por tanto, transmite un mensaje que se comprende con facilidad. En el punto en el que está, hay una salida hacia el exterior o hacia otra estancia.
Los iconos de un sistema operativo también son un ejemplo de aplicación de semiótica visual. Generalmente, no es necesaria más que una imagen para que quien está utilizando el ordenador sepa qué sucede si hace clic sobre los iconos. Porque la imagen que representan suele ser autoexplicativa.
Esto no es todo lo que la semiótica puede aportar a la manera en la que recibimos y emitimos información a través de imágenes y objetos que encontramos alrededor. Por eso, para estudiar diseño resulta imprescindible. De otra manera, no se contará con las herramientas y bases necesarias para transmitir los mensajes de manera adecuada.
Si te dedicas o quieres dedicarte al diseño, ¡no dejes pasar la oportunidad de aprender todo lo relacionado con el mundo de la semiótica!