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Cuando hablamos de sostenibilidad empresarial nos referimos a un concepto cuyo objetivo es la consecución del equilibrio entre los aspectos sociales, económicos y ambientales dentro de una empresa. Para que ese equilibrio se produzca, es fundamental que tanto el crecimiento a nivel económico y la forma de usar los recursos de las mismas sea algo nivelado.
No es posible concebir una ciudad inteligente sin que sea sostenible, y la sostenibilidad empresarial es un elemento imprescindible. ¿La razón? El tejido empresarial de una ciudad es básico para el bienestar de sus ciudadanos.
Además de lo mencionado anteriormente, un aspecto elemental de la sostenibilidad empresarial es que hace mucho mejores las condiciones sociales y económicas de las personas que trabajan en o con una empresa.
Se puede afirmar que la empresa es sostenible en el momento en el que, tanto a corto y largo plazo, genera un valor en lo económico, en el ámbito social y en el medioambiental.
El objetivo de una estrategia empresarial sostenible es lograr un impacto positivo en cualquiera de esas áreas. Cuando las empresas no asumen la responsabilidad, puede suceder lo contrario, lo que lleva a problemas como la degradación ambiental, la desigualdad y la injusticia social. Sin embargo, cuando se implanta este tipo de estrategias, la empresa está fomentando un mayor bienestar de todos.
Yendo mucho más allá de ayudar a frenar los desafíos globales ante los que nos encontramos, la sostenibilidad puede impulsar el éxito de la empresa. Actualmente, se utilizan métricas medioambientales, sociales y de gobierno (ESG) para analizar el impacto ético y las prácticas de sostenibilidad de una organización. Los inversores analizan factores como la huella de carbono de una empresa, el uso del agua, los esfuerzos de desarrollo comunitario y la diversidad de la junta.
Según un estudio de McKinsey, las formas en las que los trabajadores se sienten más motivados en cuanto a abrazar la sostenibilidad empresarial son los siguientes:
"Hacer el bien" puede tener un impacto directo en la capacidad de una empresa. A continuación, dejamos algunas pautas para alinear la estrategia con la misión y crear valor que se pueda compartir.
Hay varias formas de transformar el propósito de una organización en algo palpable.
El primer paso para impulsar el cambio es evaluar qué significa la sostenibilidad empresarial para el equipo, empresa, industria y cliente. Hay que pensar los grandes problemas que cada uno de estos grupos considera prioritarios.
Durante este proceso es buena idea hacer autoexamen y plantearse algunas cuestiones:
La respuesta a estas preguntas ayudará a establecer los objetivos de sostenibilidad empresarial.
Una vez se tengan definidos los objetivos específicos, es el momento para definir la misión de la empresa. Esta es muy importante para convertirse en una empresa sostenible.
Hay que pensar que una misión eficaz y efectiva describe cuál es el enfoque de la empresa al hacer las cosas. Tiene que reflejar correctamente los valores y el propósito.
Es bueno pensar en cómo cambiará la misión con el crecimiento de la empresa. Esta tiene que ayudar a evolucionar a la marca.
Con una misión sólida, la organización podrá alinearse con una estrategia sostenible.
Al diseñarla, es importante asegurarse de que la empresa siga siendo rentable. Esta es la prioridad número uno; no puede ayudar a una causa si no se puede seguir en el negocio. Y los esfuerzos por conseguir la sostenibilidad pueden ayudar a una empresa a ser más rentable.
Un ejemplo: una empresa puede ahorrar mucho dinero y recursos si, en vez de dejar la calefacción puesta y la luz encendida cuando el último trabajador se marcha, este lo apaga todo.
Algo interesante a tener en cuenta es que los consumidores están dispuestos a pagar un poco más por un producto sostenible. Eso es lo que afirma un estudio de Unilever, que muestra que un 33% de usuarios compran marcas comprometidas social o ambientalmente.
Hay muchas estrategias que se pueden utilizar para crear una estrategia de sostenibilidad empresarial.
Una cosa es hablar de una nueva motivación para hacer el bien, pero otra es adoptar una postura pública, comprometer resultados cuantificables y realmente conseguirlos. Con una misión y estrategia consolidadas, una empresa dispone de las herramientas necesarias para avanzar hacia el logro de sus objetivos.
Mientras implementa su estrategia, la empresa debe revisar su proceso periódicamente para asegurarse de que los objetivos, misión y progreso permanezcan alineados.
Es importante preguntarse si hay áreas en las que la misión pueda tener un gran impacto de forma rápida. Alinear las misiones puede ayudar a impulsar el progreso rápidamente. Y asociarse con una empresa adecuada puede mejorar la credibilidad.
Es una condición previa para evaluar y mejorar las prácticas de sostenibilidad. La transparencia se basa en la idea de que un entorno abierto en la empresa y con la comunidad mejorará el rendimiento. La única forma en que las empresas pueden lograr la transparencia es a través de comunicaciones abiertas con todas las partes interesadas clave, basadas en altos niveles de divulgación de información, claridad y precisión, así como también una apertura para reconocer fallas y mejorar las prácticas.