Hoy en día la sostenibilidad de todos los tipos de empresas es fundamental, y es en ello en lo que se ponen todos los esfuerzos, de forma que su actividad sea responsable con el medio ambiente. La arquitectura no es una excepción, y por ese motivo también ha hecho (y sigue haciendo) su esfuerzo para usar materiales y adoptar técnicas que conviertan esta disciplina en arquitectura sostenible.
Ya son muchos los edificios que se construyen pensando en no dañar al medio ambiente, los cuales tienen total funcionalidad y cuentan con un diseño espectacular.
No obstante, para hablar de arquitectura sostenible es fundamental conocer cuáles son sus principios básicos, así como su objetivo elemental.
El objetivo de la arquitectura sostenible es, según la Sustainable Development Goals Fund (SDGF), tener un impacto lo más pequeño posible en la naturaleza. Con más frecuencia de lo que debería ocurrir, hay hábitats que se destruyen para construir, pero gracias a la ecoarquitectura, los proyectos se integran en esos hábitats para minimizar el impacto que puedan tener sobre el medio.
Para realizar esta labor, los edificios se construyen incluyendo elementos que puedan reemplazar a la naturaleza, para lo que se equipan con técnicas de iluminación inteligentes que permitan aprovechar al máximo los recursos naturales, por poner un ejemplo. Otro ejemplo de arquitectura sostenible es añadir jardines a las construcciones.
La forma de lograr el objetivo es utilizar técnicas y materiales que sean más respetuosos con la naturaleza que los tradicionales, algo de lo que hablaremos más adelante.
La arquitectura sostenible se basa en unos principios elementales entre los que se encuentran los siguientes:
Como se ha mencionado anteriormente en este artículo, una de las claves de la arquitectura sostenible es el uso de materiales respetuosos con la naturaleza que impacten sobre ella de forma mínima.
Estos deben poderse reutilizar o reciclar, y tener una vida útil larga. Lo ideal es que se trate de materiales naturales, procedentes del medio en el que vivimos, y que no sean fácilmente alterables por condiciones como pueden ser el frío o el calor.
Dentro del sector, hay algunos materiales que son muy comúnmente usados y que son cien por cien sostenibles.
La madera es la materia prima constructiva que tiene menos impacto en la naturaleza en su producción y en su vida útil; eso sí, para garantizar que es sostenible debe estar certificada.
Por otro lado, hay otros materiales también sostenibles que pueden usarse, por ejemplo, para los aislamientos de los edificios. Uno de ellos es la celulosa. Este material no solo es completamente reciclable, sino que se puede obtener de otros productos como los periódicos. Su ventaja principal es que no generan nada de residuos y favorecen la eficiencia energética, ya que ayuda a regular la temperatura.
En lo que se refiere a materiales reciclados, es necesario señalar que estos son productos residuales que otros han desechado y que se usan para crear otros materiales constructivos. Un ejemplo de estos pueden ser restos de piedra o de mármol procedente de canteras, o incluso excedentes industriales que se usan en los procesos, como el barro.
En la actualidad, hay técnicas que se utilizan para fabricar los materiales que se necesitan a partir de otros, como es el caso de la elaboración del hormigón utilizando el caucho procedente de neumáticos que ya se han desechado.
La cuestión principal es hacer que la huella ambiental sea lo más pequeña posible con el uso de estos materiales, convirtiendo así los edificios en un gran ejemplo de arquitectura sostenible.
También, entre los materiales que son duraderos, más económicos y con un nivel de toxicidad nulo se encuentran el cemento, arcillas varias, piedra o el adobe.
Es necesario señalar también que España, por ley, estipula la obligatoriedad de que los materiales usados tengan el mínimo nivel de emisiones de gases a la atmósfera, así como marca que deben ser reciclables. La norma que regula dicho precepto es la Declaración Ambiental de los Productos Europea, y a nivel nacional la Asociación AENOR.
La urgencia climática en la que nos encontramos genera que toda Europa avance a pasos agigantados en pro de la sostenibilidad en la arquitectura, algo que se fomenta gracias a la Estrategia Europa 2020 promovida por la Unión Europea y que fomenta la creación de ciudades eco-friendly.
Son muchos países los que se unen a la iniciativa para paliar los efectos no solo del cambio climático, sino también de la crisis en el uso de la energía en todo el mundo. Un ejemplo adecuado es EuropaCity, un proyecto de una ciudad sostenible con una extensión de 800.000 metros cuadrados.