La psicología abarca diferentes campos o especialidades, algunas de ellas son más conocidas que otras. En la Universitat Carlemany todas nos parecen relevantes y queremos que las conozcas. Hoy vamos a hablar sobre qué es la psicología evolutiva y qué estudia. Tal vez sea la que más profundiza en el estudio de la psique, ya que lo hace a lo largo de la vida y, además, cuenta con más de un siglo de historia.
La psicología del desarrollo es una disciplina científica que forma parte de la psicología. Se encarga de estudiar el modo en que los seres humanos evolucionan a lo largo de su vida. En concreto, profundiza en la manera en la que las conductas ante los estímulos y las situaciones varían y se modifican con el paso del tiempo.
Todo este desarrollo conlleva un cambio psicológico que va desde los estados iniciales más básicos a otros cada vez más sofisticados y complejos. También puede ser llamada "psicología del ciclo vital", porque recorre cada una de las etapas por las que pasan los individuos, desde que nacen hasta que fallecen.
El interés principal de esta rama de la psicología consiste en estudiar y conocer los cambios de conducta que se dan en las personas a lo largo del tiempo y que están asociados a la edad.
El psicólogo Jean Piaget y otros autores proponen la siguiente definición de esta disciplina: “La psicología evolutiva se preocupa por los cambios que tienen lugar en la conducta y las habilidades que surgen al producirse los cambios durante la vida”. Así, la psicología del desarrollo tiene dos objetivos fundamentales:
Por su parte, el español Palacios propone otra definición: “La psicología evolutiva es la parte de la psicología que se ocupa de los procesos del cambio psicológico que ocurren a lo largo de la vida humana”. En este sentido, los cambios a los que se refiere este último investigador tienen que ver con tres cuestiones concretas:
La historia de la psicología evolutiva ha discurrido de manera independiente a otras ramas por distintos motivos, entre ellos los siguientes:
La relación entre psicología evolutiva y psicología educativa es central, puesto que entender las etapas de desarrollo psicológico de una persona es fundamental para aplicar métodos pedagógicos exitosos.
Por ejemplo hay una mayor capacidad para asimilar idiomas, gracias a la predisposición, en la niñez y la primera infancia. Conocer estas circunstancias sirve para aplicar metodologías lúdicas para aprender.
Por otra parte, en la edad adulta es posible proponer metodologías más basadas en la asimilación por el estudio. ¿El motivo? Existe más tendencia a la concentración y la disciplina.
A la hora de preparar planes de estudio y materiales didácticos, pues, conocer la conducta en las distintas etapas vitales ayuda.
El desarrollo humano existe desde que la criatura está en el vientre materno. Y esto no ha de extrañar, porque en un determinado momento del embarazo tiene un cerebro funcionando. Son estas:
Durante la etapa prenatal, se forman todos los órganos humanos, desde el corazón al cerebro. Más allá de la herencia genética, los factores ambientales y hábitos de la madre son fundamentales.
La etapa de la niñez, desde el nacimiento a los 3 años, se caracteriza por cambios rápidos. La persona empieza a hablar, a controlar sus esfínteres y a desarrollar su musculatura en muy poco tiempo.
De los 3 a los 6 años, las personas empiezan a ser más autónomas, a desarrollar su ego y a relacionarse con sus pares. Esta es una parte central porque es cuando se conforma.
En este estadio, se desarrolla mejor la capacidad de establecer un lenguaje elaborado y la memoria. Igualmente, y hasta los 12 años, se gana en pensamiento abstracto y autoestima.
Entre los 12 o 13 hasta los 20 o 21 años, se aceleran el crecimiento físico y el desarrollo de los órganos sexuales. Es una etapa de búsqueda de identidad y adscripción a grupos, corrientes de pensamiento o ideologías.
Tradicionalmente, y hasta los 40 años, esta era la etapa de plena inserción laboral y de creación de familias. Este es el momento, en la mayoría de los casos, de plenitud de facultades físicas. La identidad y valores personales suelen estar establecidos en este punto.
Esta etapa, hasta los 60 años, se puede superponer con la adulta temprana, sobre todo durante los primeros años porque muchas personas tienen hijos a partir de los 40 años. En cualquier caso, empieza a haber deterioro físico y un momento de replanteamiento vital amplio.
Esta es la etapa final de la vida, a partir de los 60 años. El declive físico se acentúa y, en ocasiones, también las facultades mentales. Resolver el dilema sobre el fin de la vida o aceptarlo es central.
Aquí presentamos las etapas por las que ha pasado esta disciplina en función de la metodología aplicada en cada momento histórico.
Tiedemann, en el siglo XIII, publica una obra basada en la observación sistemática del desarrollo de su propio hijo durante los 3 primeros años de vida. Este trabajo cobró relevancia a partir de 1859 gracias a la obra de Darwin «El origen de las especies», que creó el clima necesario y despertó el interés de la sociedad científica. Posteriormente, Preyer publica en 1882 «El alma del niño» considerada como el primer manual de psicología evolutiva.
Stanley Hall se considera otro de los fundadores de la psicología evolutiva. Promovió un movimiento de investigación de la infancia, con el objetivo de obtener patrones normativos sobre la mente y el conocimiento. También cabe destacar a Baldwin, cuya aportación supone la aparición de la perspectiva «constructivista» sobre el desarrollo.
En el siglo XX, a partir del movimiento psicoanalítico fundado por Freud, comienza a valorarse la posible influencia de las experiencias tempranas en el desarrollo posterior. Por otro lado, en Estados Unidos surge el «conductismo», fundado por J. B. Watson.
El conductismo supone una ruptura esencial con la psicología mentalista anterior, y promueve un acercamiento puramente experimental al estudio de la conducta. En este nuevo marco teórico, se elimina la influencia de la herencia en el desarrollo y se atribuye un papel determinante al ambiente.
En 1960 se produce la llamada «revolución cognitiva» que afecta a toda la psicología. Se traduce en que se aplica de un modo generalizado el método experimental. Se ensayan nuevas técnicas y nuevos indicadores.
Desde el punto de vista teórico, el cambio de mayor repercusión en este último periodo se refiere a la emergencia del «movimiento cognitivista» a mediados de los cincuenta y que, frente al conductismo, favorece la rehabilitación del estudio científico de lo mental.
En la actualidad ha adquirido ya las dimensiones de toda una ciencia, la moderna «ciencia cognitiva», que dentro de un gran esfuerzo interdisciplinar trata de integrar trabajos de filosofía, psicología, lingüística, antropología, inteligencia artificial y neurociencia.
La psicología evolutiva estudia cuatro campos en el desarrollo y los cambios de conducta que protagoniza todo individuo a lo largo de toda su vida. Estos cuatro campos están en constante interacción y se estudian de manera conjunta:
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